El modelo de colaboración público-privada como fórmula para revitalizar la industria alavesa ha encontrado en Talgo un caso que ya se ha convertido en paradigma. Este miércoles era el lehendakari, Imanol Pradales, quien aseguraba que la operación realizada para asegurarse el control societario de la ferroviaria alavesa no va a ser el único en llevarse a cabo en Euskadi. En la misma línea el presidente de la fundación bancaria Vital, Jon Urresti, anunciaba en páginas de este diario la predisposición de la entidad que lidera en volver a incluir sus fondos económicos, como ha hecho con Talgo, en operaciones que logren mantener o ubicar en el territorio histórico los centros de decisión de las empresas que se consideren estratégicas. Todo ello llega justo en el momento en el que las instituciones políticas y empresariales de Álava han creado un foro llamado a pelear por facilitar un ecosistema empresarial en una zona como Ayala, que ya conoce lo que es sufrir cierres de firmas de referencia o deslocalizaciones de otras compañías que ya no ven atractivo el valle para trabajar e invertir. El caso es que, con la que está cayendo, más vale prevenir que lamentar y toda acción encaminada a la supervivencia del gen industrial alavés será muy bienvenida.