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Mesa de Redacción

Miren Ibáñez

El frente de la IA

El otro día escuché a alguien explicar que no es de extrañar los tiempos de polarización que vivimos, blanco o negro, teniendo en cuenta que entregamos nuestras vidas sin pensarlo al mundo digital y las redes sociales, imperio del código binario de 0 y 1, blanco o negro. Las redes sociales se alimentan de esa polarización, sus algoritmos la favorecen porque a más bronca, a más desproporción, más tráfico. Reflexionemos un poco porque nos llevan y nos traen como a inocentes borregos y ahora pensemos un poco también: ¿qué parte de responsabilidad nos corresponde? Porque esos algoritmos podrían empeñarse lo que quisieran: si nosotros no colaboramos no hay nada que hacer. ¿Por qué nos resulta más atractivo el insulto que el razonamiento? Por otra parte, en este ecosistema conviven imperios empresariales tecnológicos y una política que se ha dado cuenta de que ese camino polarizado puede ser el más rápido hacia el poder. Y ahora volvamos a mirar a lo que está sucediendo con OpenAI y ChatGPT, el asalto de la china DeepSeek, el pulso entre Elon Musk y Sam Altman, el plan Stargate de Donald Trump, la multimillonaria inversión anunciada por Francia en IA y los fondos que Bruselas ha prometido a rebufo para una “IA confiable”. Las guerras empiezan antes del primer disparo y hay guerras sin disparos.