Hace apenas dos meses hemos tenido una campaña electoral local en la que todos los candidatos, ya fuesen a la Alcaldía de Vitoria o a diputado general de Álava, han coincidido a la hora de señalar la necesidad que tienen la capital y el Territorio de incrementar su parque de viviendas para así responder a la alta demanda que se está produciendo y que, se espera, vaya en aumento en los años venideros. Tras la pandemia, muchos habitantes de Gasteiz han buscado una nueva residencia en las distintas localidades de Araba, pero son muchos los que siguen buscando sin hallar un nuevo espacio en el que vivir por la escasez de opciones disponibles en el mercado. Y eso a pesar de que gran parte de los pueblos alaveses cuentan con una población bastante reducida y que en la mayoría de ellos no existen limitaciones de espacio para ver crecer su número de vecinos. Situación parecida a la que se vive en Vitoria, donde los precios del alquiler se mueven en cifras desorbitadas y en la que las viviendas que salen a la venta –y no precisamente a precios reducidos– vuelan de las manos de los promotores o inmobiliarias sin ser capaces de satisfacer todas las peticiones. Si Vitoria y Álava quieren cumplir su objetivo de ganar población, las medidas inmediatas para incrementar el número de viviendas son indispensables.