Rocio Vitero fue la indiscutible triunfadora de la noche, con una victoria histórica de EH Bildu en Vitoria al ganar un edil, hasta siete y rozando el 23% del voto. La decepción la encarnó Beatriz Artolazabal, pues el PNV cayó de la primera a la cuarta plaza, por detrás del PSE y del PP, con un triple empate a seis concejales. Sin embargo, la socialista Maider Etxebarria se perfila como la verdadera beneficiaria de un recuento de alto voltaje, ya que su segunda posición le sitúa como primera alcaldesa gasteiztarra si se reedita un acuerdo con el PNV que podría tener su envés en la Diputación, en lo que constituiría el tercer mandato del jeltzale Ramiro González.

Lastrado por la abstención, el PNV no pudo reeditar así con Artolazabal la victoria de 2019 de Gorka Urtaran, que cuatro años antes se hizo con la makila de alkate en detrimento del PP merced al aval de EH Bildu, Irabazi y Podemos. Ya al filo de la medianoche la coalición soberanista apeló a aquella circunstancia a modo de una presión indiciaria al PNV que irá alza con el paso de las horas. No obstante, el PP ya ha proclamado en campaña que bajo ningún concepto facilitará por acción o por omisión el acceso a la alcaldía de Vitero, cuya renovadora imagen social y su frescura en las redes sociales han enmascarado la controversia sobre la presencia en las listas de candidatos condenados por delitos de sangre, ajenos a la experiencia vital de quienes ayer votaron en Euskadi por primera vez. La secular fragmentación en Vitoria augura la reedición de la cogobernanza sociojeltzale, una entente que queda a dos ediles de la mayoría absoluta y que en consecuencia precisará de nuevo del concurso de un tercero para aprobar los Presupuestos y las principales iniciativas. Etxebarria y Artolazabal deberán trabajar ahora la afinidad personal para extraer el máximo rendimiento en aras al interés general a esa cohabitación desde la centralidad pragmática y plural que desde luego al PSE le ha salido a cuenta en todo el país.

Ese premio a la apuesta socialista por la estabilidad anticipa la reproducción de la fórmula vigente en la Diputación, acreditada la sintonía entre González&González, Ramiro y Cristina. Como en el caso del consistorio gasteiztarra, el Ejecutivo foral tendrá como ejes la cohesión social y un desarrollo económico sostenible, las prioridades del actual inquilino de la institución en cuya victoria el PNV ha extraviado dos junteros para una pérdida del equipo de gobierno de tres y por consiguiente a dos de la mayoría absoluta de 26. Como el PSE, Elkarrekin se deja un representante y la ganancia es para EH Bildu con dos más hasta una distancia del PNV de solo un acta, el PP sumando uno y Vox con otro, pésima noticia el acceso a las Juntas de la ultraderecha.

A la espera del pacto de PNV y PSE para la investidura de sus candidatos más votados en la Diputación y Gasteiz, constatar la depreciación de las encuestas y de los sondeos a pie de urna para anticipar resultados. Demasiada cocina, parece.