El final del verano llegó. “Y tú partirás”, cantaba el Dúo Dinámico. Amores de verano al margen, en unos días despedimos al verano oficialmente. Es esta una despedida por fascículos, como esos que llegan a los kioscos cada septiembre para convertir a sus coleccionistas en ejemplares en riesgo de extinción en tiempos en los que cada vez es más común comprar a golpe de clic desde el sofá cualquier cosa y recibirla en casa en unas pocas horas. Al verano se le dice adiós en distintos momentos según las circunstancias. Para muchos parece terminar cuando finalizan sus vacaciones aunque sea mediados de agosto, si bien el buen tiempo y las largas horas de sol favorecen planes que amortiguan esa sensación de vuelta a la rutina. Para una gran mayoría el estío concluye el 1 de septiembre o con la vuelta de los txikis a clase. Distintas fechas para fijar la marca en el calendario de un nuevo tiempo de reválidas personales. Ponerse a dieta, dejar de fumar, aprender un idioma, apuntarse al gimnasio… Conscientes de nuestra debilidad y falta de constancia, tras el verano nos damos una nueva oportunidad para acometer aquello que no conseguimos poner en marcha allá por enero en el arranque del año. Ánimo con el nuevo curso y sus buenos propósitos.