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Mesa de Redacción

Txus Díez

Más libres que nunca

na de las enseñanzas de este año de ciencia ficción, al menos para este humilde redactor, es que cada persona adulta es la primera responsable de sus actos y por lo tanto de las consecuencias que estos acarrean. Que por mucho que el Estado imponga o permita, sugiera o eluda, cada uno de nosotros y nosotras somos en última instancia los dueños de nuestras decisiones. Hasta no hace nada los poderes políticos y económicos, con los medios de comunicación como altavoz, tenían la capacidad de dirigir a las sociedades hacia el odio fratricida o el consenso, hacia la división o hacia el bien común, pero las redes sociales les han arrebatado el monopolio de la propaganda y, paradójicamente, en este sindiós de mentiras y medias verdades, de ruido, confusión e histrionismo, el ser humano es más libre que nunca para construir su propia visión del mundo y vivir en consecuencia, sin ser pastoreado por nadie. Lo que pasa es que hay que saber separar el polvo de la paja, molestarse en leer mucho y variado, y desconfiar de quienes apelan a nuestras entrañas o nos dicen solo lo que queremos oír. Debemos ignorar a quienes gritan para poder escuchar con atención a quienes razonan, y nunca, nunca, renunciar a un mínimo escepticismo ni ante el más seductor de los profetas.