ómo llevan el culebrón del verano? ¿Coronavirus? ¿Investidura? ¿Elecciones en EEUU? ¿Relaciones PSOE-Unidas Podemos? ¿El rey emérito? No. Messi. Cierto que nos ha llegado ya en las postrimerías del tradicional periodo vacacional, pero oficialmente la marcha (o no) del argentino del F.C. Barcelona es el culebrón. Esta historia comenzó en plan Miguel Strogoff, correo del zar, a golpe de burofax. Tras esta primera fase de guerra de nervios y estrategias comunicativas más o menos acertadas o taimadas de unos y otros, parece que hemos entrado en la de la partida del cara a cara. El padre de Messi asume su representación ante el club y se reúne con sus dirigentes. ¿Hay posibilidad de que siga Messi en el Barcelona?, le preguntaban a su padre el miércoles. Respuesta: “Difícil, difícil”. ¿Hay posibilidad de que siga Messi en el Barcelona?, repetían la pregunta al padre ayer. Respuesta: “Sí... no sé”. El asunto remite a grandes tragedias, qué sé yo, Hamlet quizá, duda, venganza, desastre. De lo doblemente difícil al no sé, 24 horas. Ya veremos cómo acaba el culebrón, la vida es complicada y el mundo del fútbol profesional lo es aún más. Todo es posible, o casi todo.
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