stas elecciones decidirán si salvamos el sueño americano o si permitimos que una agenda socialista demuela nuestro querido destino (...). Si le dan la oportunidad, Joe Biden será el destructor de la grandeza estadounidense”. Si te trincas un chupito por cada ocasión en la que durante la convención republicana algún orador ha mencionado términos como socialista y comunista, ni todo el ibuprofeno del mundo te libra de la resaca. Entraría a abundar sobre algunos paralelismos argumentales en otras latitudes, pero no. Qué discurso de aceptación, sacre bleu, el de Donald Trump. Dice cosas como que “el plan de Biden no es una solución al virus, sino una rendición”, vaticinando que el demócrata “cerrará” el país lo que llevaría a un aumento en las “sobredosis, depresión, alcoholismo, suicidios, infartos y devastación económica”. O “su voto decidirá si protegemos a los estadounidenses que cumplen la ley o si damos rienda suelta a anarquistas violentos, agitadores y criminales que amenazan a nuestros ciudadanos”. O “China se apoderaría de nuestro país, si Joe Biden es elegido. Yo les haré rendir cuentas por la tragedia -léase coronavirus- que han causado en todo el mundo”. El discurso se estudiará en las facultades, debería. Prodigio y epítome de demagogia populista.
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