omo estaba previsto, el pasado lunes la gran mayoría de los habituales de nuestro querido templo del cortado mañanero cumplimos con la tradición de la caracolada que cada año nos metemos según se acerca San Prudencio, aunque esta vez cada uno hizo la receta en casa y la vídeollamada prevista duró menos de lo esperado porque alguno de los viejillos tuvo serios problemas para apañarse con el móvil, los palillos, los bichos, el tomate y toda la parafernalia. Pero nos dio tiempo a plantear una duda muy seria, sobre todo para los más mayores, que aprovechan cada año la cita en Armentia para mandar la dieta a tomar por saco y meterse un talo con txistorra de aupa el Erandio. No preocupa tanto el tema de los perretxicos porque esa receta la mayoría la tiene controlada y se ha encontrado ya género en la frutería. Pero, ¿y cómo hacemos el talo en casa? Pues parecerá una chorrada, pero estamos en pleno cisma. Tanto que se están buscando tutoriales en Internet para ver posibles fórmulas, ya que los viejillos mandaron a paseo al que planteó la posibilidad de usar panes de pita de esos que se venden en los economatos. Yo recordé que con mis amigos lo intentamos una vez y la indigestión fue de las que todavía recordamos en la cuadrilla, así que...
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