s muy difícil quedarte atrás y decir que no voy a atender a un paciente porque no estoy protegida. Nos están convirtiendo en kamikazes sanitarios”. Es el testimonio de una enfermera del hospital 12 de Octubre de Madrid recogido por The New York Times en un reportaje que ofrecía ayer en su web bajo el título Los kamizes sanitarios españoles combaten el coronavirus, en el que se muestra la escasez de medios a la que se enfrentan los sanitarios que están peleando para salvar vidas, cayendo enfermos ellos y ellas en no pocas ocasiones, también fabricando caseramente material para poder protegerse. No es momento, no lo es, pero cuando toda esta mierda pase apuntemos en la agenda charlar un ratito seriamente sobre los servicios públicos, su sostenibilidad y accesibilidad universal, su condición de imprescindibles en una democracia como elemento base y fundamental del Estado de Bienestar, así como factor clave en eso de la justicia social y en la garantía de la igualdad de derechos. Porque aplaudir en los balcones todas las tardes está muy bien, necesitamos calor y sentir empatía y humanidad en estos momentos de drama y aislamiento. Pero llegará el momento de aplicar las lecciones que deberíamos estar aprendiendo.
