El tren de borrascas que acaba de atravesar la península parece que ha dado la señal para que el frío llegue de forma definitiva. La nieve ya ha empezado a cuajar en las montañas. Y en las ciudades se nota la bajada general de la temperatura. Esto ha hecho que las calefacciones en las casas se enciendan.

En las que cuentan con mascotas se plantea una duda. ¿Cómo afecta la calefacción a las mascotas que comparten casa con nosotros? Cuentan con abrigo de pelo natural, pero ¿es suficiente para el frío cuando se sale a la calle después del calor de casa?, ¿es demasiado para estar en casa?, y cuando se apaga, ¿qué pasa? Estas preguntas son pertinentes ya que pueden afectar a su salud.

Un perro duerme apaciblemente bien envuelto en su manta. Freepik

En principio, los gatos no salen al exterior, por lo que no sufren el cambio de temperatura entre el frío de la calle y el calor de la calefacción, algo a lo que sí se enfrentan los perros al salir para sus paseos. Además, en casa, con la calefacción puede haber otros problemas que hay que evitar.

En lo que respecta a los gatos, a estos les gusta colocarse en sitios calientes, junto a la calefacción. Esto puede hacer que aunque sea invierno el calor extra de la calefacción puede provocarle una muda extra. Otro riesgo es que pueda sufrir algún tipo de quemadura por exceso de exposición a una superficie caliente.

En el caso de los perros, lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de pelo, así los de razas de pelo espeso aguantan bien el frío exterior pero llevan peor el calor de la calefacción, al contrario que los de pelo corto. En cualquier caso, tienen un problema común el cambio brusco de temperatura al pasar de los 20-25º de casa al frío de la calle. Esto puede provocarles constipados, faringitis y problemas respiratorios. Además, los perros sénior o cachorros pueden tener problemas con la autorregulación de la temperatura corporal.

Para evitar problemas

Estos son algunos consejos para evitar que nuestras mascotas sufran con los cambios de temperatura.

  • Templar la calefacción antes del paseo. A pesar de que el pelo de los perros es una defensa natural contra el frío, los cambios bruscos de casa a la calle no les permite adaptarse. Por ello una buena idea puede ser bajar la temperatura de los radiadores antes del paseo.
  • Los abrigos ayudan. Las razas pequeñas y las de pelo corto son las que más sufren con el frío. Acostumbrarles a un abrigo puede ser de gran ayuda para prevenir males.
  • Mudas de pelo en invierno. El calor de la calefacción puede provocar que se le caiga el pelo de invierno que le ha crecido durante el otoño. Bajar la temperatura puede minimizar el problema.
  • Atención a cachorros y perros mayores. Cachorros y ancianos suele tener problemas con la temperatura corporal, por lo que al contrario que en el verano, en este caso hay que aprovechar las horas centrales del día para el paseo.
  • Cubrir estufas y calefacciones. Con el frío, apoyarse en un radiador es una gozada, pero puede producir daños en la piel o el pelo. Colocar un protector o cubrerradiadores lo evita. 

¿Y si tiene frío cuando dormimos?

Cuando nosotros tenemos frío, una de las reacciones del cuerpo es temblar. Esto ocurre porque al bajar la temperatura ambiental el cuerpo pierde calor y el cerebro reacciona haciendo que los músculos se contraigan y se expandan para generar calor. A los perros y a los gatos les ocurre lo mismo y si lo vemos podemos tomar las medidas adecuadas. Pero, ¿qué pasa cuando dormimos? ¿Y si tiene frío y no nos enteramos?

En caso de que tenga frío por la noche hay otros indicios a los que hay que estar atento, sobre todo ahora que empezamos a adaptar la vivienda para el invierno. Son los siguientes:

  • Dormita más de lo normal: Pasar frío hará que descanse peor, por lo que la mascota de la casa se mostrará cansada y tenderá a dormitar más a lo largo del día. Si esto pasa, pon a su disposición una manta o una cama un poco más abrigada.
  • Respira lento y se mueve despacio: Dos consecuencias de distinta gravedad. Si respira lento, o si empieza a tener dificultades para hacerlo, puede que haya empezado a enfriarse. Además de abrigarlo por la noche, se impone una visita al veterinario. Si se mueve más despacio puede indicar rigidez muscular, que si no va asociado a otros síntomas puede ser por frío nocturno.
  • Piel seca: Los perros sin pelo o de pelo muy corto suele tener problemas de sequedad de piel, y el frío lo acentúa. Abrigarlo y un tratamiento hidratante ayudarán.