Hay señales inequívocas de que la Navidad está aquí: los turrones ya están en los supermercados, hay tiendas que ya venden adornos navideños, Mariah Carey y su All I want for Christmas is you empiezan a salir de su letargo y ya se ha presentado el anuncio de la Lotería de Navidad de este 2022 que, como todos los años ofrecerá un Gordo “muy repartido”, que tocará a “gente trabajadora” y servirá para “tapar agujeros”.
El anuncio de la Lotería ya se ha convertido, por derecho propio, en un elemento más de la Navidad o de la previa de ella, ya que desde noviembre comienza a emitirse en televisión. Un elemento esperado y que trasciende al concepto de anuncio, ya que se ha transformado en una historia audiovisual, habitualmente con un guión y una factura, e incluso una duración, más propios de un corto cinematográfico que de un spot televisivo, pero siempre con la Lotería como hilo conductor de esa historia.
Y esos anuncios, unos más emotivos y otros más espectaculares, se quedan en la retina y en la memoria de los telespectadores. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, los protagonizados por el conocido como “el calvo de la Lotería” o el de Raphael y Montserrat Caballé?
Comencemos por este último, titulado Pon tus sueños a jugar. Aunque parezca muy reciente ya tiene sus años. En la Navidad de 2013, Loterías y Apuestas del Estado decidió tirar de cantantes de prestigio y conocidos por todos para protagonizar el anuncio. La idea era buena; el director, Pablo Berger (que cosechó 10 Goyas con Blancanieves), también, y el casting, en principio, se salía: David Bustamante, Marta Sánchez, Niña Pastori, Raphael y Montserrat Caballé. Pero los extraños gestos y rostros que mostraban estos dos últimos y veteranísimos cantantes (la soprano falleció en 2018) se convirtieron en carne de meme y de parodia porque para muchas personas lo que transmitían era una imagen tétrica.
Por su parte, “el calvo de la Lotería” protagonizó ininterrumpidamente los anuncios entre 1998 y 2005 convirtiéndose en un clásico. Lo curioso es que ni era calvo (se rapó por cuestiones de guión) ni era español, sino un británico originario de Trinidad y Tobago llamado Clive Arrindell.
Debutó en 1998 y a partir de entonces formó parte de ocho Navidades acompañado por la inconfundible música de la banda sonora de Doctor Zhivago y el eslogan Cada Navidad tus sueños juegan a la Lotería. Que la suerte te acompañe. Todos ellos en blanco y negro y siempre con el gesto de Arrindell soplando números.
El actor británico se despidió de esta saga en el año 2005 después de haber tenido mucho que ver en el incremento de la popularidad del Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre, que durante esos años experimentó un notable repunte en ventas.
Se fue “el calvo” pero no lo hizo para siempre. En el anuncio de 2020 se le pudo ver fugazmente en una pantalla de televisión dentro de una emotiva historia marcada, como no podía ser de otra forma, por la pandemia de coronavirus y el confinamiento sufridos, y con el eslogan Compartir como siempre. Compartir como nunca.
Muy conmovedor fue también el argumento de 2014, en el que un hombre se junta en el bar del barrio con sus vecinos, todos ellos agraciados con un un décimo del Gordo salvo él, que no había comprado. El eslogan era El mayor premio es compartirlo y el anuncio, dirigido por el cineasta Santiago Zannou, terminaba con sorpresa.
Tres años antes, en 2011, los protagonistas fueron los Niños de San Ildefonso, que protagonizaron La fábrica de sueños, en el que guardaban en pompas de jabón los sueños de las personas que jugaban a la lotería. Si sueñas…, loterías, era el eslogan.
También Alejandro Amenábar se animó a dirigir un anuncio. Fue en 2017, se llamó Danielle, duraba nada menos que 20 minutos (resumido en 3;30 para la televisión) y narraba la historia de amor entre un joven y una extraterrestre y se centraba en la esperanza.
Los anuncios de la Lotería también han guardado espacio para la animación. Es muy recordado (y fue el más premiado de la historia) el de 2015. Justino y la fábrica de maniquíes, el primer anuncio animado de Lotería desde 1982, se centraba en un guardia de seguridad que veía premiada su bondad hacia sus compañeros pese a que no coincidía con ellos al trabajar en el turno de noche. Como en los años anteriores, el concepto clave era compartir y el eslogan continuaba siendo El mayor premio es compartirlo.
Y el año pasado el anuncio se acercó por tierras navarras y eligió como escenario el Valle de Baztan, con las calles de Elizondo e Irurita como protagonistas. Allí transcurría una historia, condensada en minuto y medio de vídeo, en la que los habitantes de un pueblo se iban regalando de manera anónima un décimo que finalmente resultaba el ganador del sorteo.