Síguenos en redes sociales:

La vuelta de...

Javier Vizcaíno

Cismáticas y, ahora, apóstatas

Ya escribí por algún rincón de esta misma página que el sindiós casi literal de las clarisas insurrectas de Orduña y Belorado era una peli a medio camino entre Berlanga, Almodóvar y los Javis. Me corrijo, porque un largometraje se quedaría corto. Todo lo que ha ocurrido desde que saltaron a la actualidad da para una serie... y de varias temporadas.

El último episodio glorioso lo vivimos ayer, cuando, a unos minutos de que venciera el plazo que les había puesto el Arzobispado para desalojar el convento en que se han atrincherado, enviaron a su ilustrísima un burofax comunicándole que abandonan la Iglesia católica.

La misiva es definitivamente delirante. En ella proclaman que la decisión de darse de baja de entre la grey que hoy lidera el papa Francisco es “unánime irreversible”. Lugo añaden, para que busquemos en Google el significado de la expresión, que la excomunión que les va a caer sí o sí es “nula e írrita”. Les evito el trabajo y les cuento que estamos ante una reiteración, pues írrita significa lo mismo que nula.

No es cuestión de fe

Menudencias lingüísticas aparte, el comunicado de las sores levantiscas carece, como todo en este folletón, del menor sentido lógico. Si ellas mismas presentan la renuncia a seguir formando parte de la organización con sede en el Estado Vaticano, no tiene el menor sentido que luego venga la oficialidad a excomulgarlas. Han sido ellas mismas las que han hecho una declaración de apostasía. Eso sí, sin afrontar el peñazo burocrático que es tratar de abandonar el catolicismo. Un amigo que lo intentó me jura que es más difícil que encontrar la salida en Ikea.

Lo más divertido a la par que golfo de esta tragicomedia es que, como ustedes saben, no se trata de una cuestión de fe sino de una cuita a cuenta del vil metal. Todo se reduce a una disputa inmobiliaria de tres al cuarto. Jesucristo, de haber existido, habría sacado el látigo para expulsar del templo a los mercaderes.

Ahora que no nos lee nadie, les confesaré que a mí me importa medio comino cómo termina la vaina. Me limito a hacer acopio de palomitas y a esperar el siguiente giro de guion. ¿Veremos a Desokupa sacando a gorrazos a las hermanas? Hagan sus apuestas. l