Injustamente tratado cantautor: Supongo que habrá que conformarse con el “nunca es tarde si la dicha es buena”, pero al leer la fantástica pieza de mi compañero Andrés Portero sobre el recopilatorio de 40 de sus canciones que ha editado Elkar, no he podido evitar acordarme del olvido lleno de maledicencias a que fue condenado en los últimos años de su vida. Su delito fue rebelarse contra la misma ETA a la que usted no fue ajeno en su juventud. Y es imposible pasar por alto que entre los ejecutores del castigo se contaron no pocos intocables de la que decimos nuestra cultura, como disimulando que hay quien pretende tenerla en régimen de monopolio. Algunos, por cierto, antiguos amigos suyos que le debían mucho. Me niego a olvidarlo.