iudadanas y ciudadanos de los dos pueblos de Badajoz que han decidido democráticamente ser solo uno: Me alegro en el alma por ustedes. Igual por quienes apostaron por la unión, que por los que se decantaron por seguir como estaban, que por los que se abstuvieron e, incluso, por los que prefirieron no acercarse a las urnas. Lo importante es que se les haya permitido participar en un proceso para decidir sobre el futuro del lugar en el que viven. Se diría que es un principio muy básico, pero resulta que se aplica lo justo y allá donde conviene y como conviene. Un saludo, por cierto, a todos esos opinadores que celebran el triunfo de la voluntad popular en este caso pero que no quieren ni oír hablar de que a otros se les permita hacer el mismo ejercicio.