- Como cada 12 de octubre, a los columneros les sube la rojigualdina. Aquí les suelto a bocajarro el comienzo del manual de instrucciones para disfrutar de la jornada a cargo de Ana Pavón en El Debate: “Háblale a tus hijos y sobre todo a tus nietos de que hoy 12 de octubre es el Día de la Patria. Cuéntales que fuimos capaces de conquistar otro mundo. Y que lo llamamos Nueva España. Que peleamos contra ejércitos de guerreros de leyenda en su propia tierra. Y que vencimos”. La cosa seguía así durante párrafos y párrafos que les evito.
- En el mismo chiringo digital recién nacido, Alfonso Ussía veía la apuesta y, con la carótida a punto de reventar, la subía a voz en grito: “Día de la Virgen del Pilar, Madre de la Hispanidad y Patrona de la Guardia Civil. Que luzca y presuma más alta que ningún otro día nuestra Bandera, con mayúscula, por ser la de todos. La inmensa mayoría de los españoles se emocionan al mirarla y la defenderán de los traidores, los ladrones, los terroristas, los separatistas y los analfabetos. Me temo que no puedo seguir porque intuyo que estoy definiendo al Gobierno. ¡Viva España y su Bandera!”.
- En el vetusto ABC, Salvador Sostres tiraba la casa patriotera por la ventana: “La Hispanidad no celebra una victoria sólo de España, sino de la Civilización, que extendió sus dominios más allá del océano bautizando a los indígenas y enseñándoles a hablar en español”. Al quite, su comadre de cabecera Isabel San Sebastián remataba: “A todo ello y mucho más nos referimos con legítimo orgullo el Día de la Hispanidad. Celebramos ser hijos de España, una gran nación decisiva en la configuración del mundo”. Pero luego no son nacionalistas.
- La propina del festejo fue la bronca que recibió Sánchez en la Castellana. “Abrumador abucheo a Sánchez pese a ampararse tras el Rey”, se regodeó El Mundo en primera. Dos páginas después, el editorialista dictaminaba que la pitada fue absolutamente merecida: “No es de extrañar que Pedro Sánchez -que ha hipotecado su permanencia en La Moncloa al chantaje de quienes no persiguen otra cosa que la ruptura de la unidad nacional- recibiera ayer una sonora pitada, acompañada de gritos de “¡traidor!” y “¡dimisión!”, a su llegada a la celebración del Día de la Hispanidad”.