El cava se ha quedado en el frigorífico de las redacciones de la prensa de orden. Del mismo modo, se han ido al cajón o a la papelera las piezas ya escritas celebrando el fin del sanchismo y, con él, la llegada de un nuevo tiempo de felicidad diestra. El cántaro se rompió y las lágrimas ruedan por las mejillas de las lecheras que levantaron los brazos antes de tiempo. Ya no es solo que Feijóo no tiene una sola opción de ser presidente. Es que, de propina, la llave de lo que tenga que venir está en manos de Carles Puigdemont.
No en vano, el del expresident expatriado es (junto a Frankenstein) el apellido más repetido. Así, ABC, sobre un fondo negrísimo titula “Puigdemont o bloqueo”. En el editorial, el enunciado lacrimógeno es “La España más incierta”. La letra menuda es un lamento en bucle: “Ni los indultos de los condenados por el 'procés', ni la reforma del delito de malversación o las alianzas con fuerzas separatistas han sido suficientes para desgastar al PSOE. La estrategia urdida por el presidente Sánchez de convocar elecciones inmediatamente después de las autonómicas y municipales ha surtido efecto y el calendario, atravesado por las negociaciones entre PP y Vox, le permitió crear un contexto favorable para sus intereses”.
Con el mismo todo funeral, el director del vetusto diario, Julián Quirós, reconoce que se precipitaron en vender la piel de un oso no cazado: “El caso es que nos equivocamos, también en ABC. Las expectativas no se han cumplido. El cambio de ciclo que anticipamos no se ha evidenciado, el resultado además es incluso peor que la situación precedente porque nos aboca a la repetición de elecciones o incluso a depender de Puigdemont y reeditar un Frankenstein aumentado y agravado”.
Unas páginas allá, Ignacio Camacho vierte, más que sus lágrimas, su rabia por la cantada de quienes presuntamente se iban a merendar a Sánchez: “No hay excusas, ni políticas ni sociológicas, para este clamoroso gatillazo que deja al Partido Popular, a Vox y a los segmentos sociales que los respaldan con el sabor amargo de un penalti fallado. Su mejor perspectiva tras el recuento de infarto es ahora la de un colapso parlamentario cuya eventual resolución quedaría en manos del prófugo de Waterloo”.
"El país queda en manos de la inestabilidad y de la incertidumbre, cuando no directamente de sus enemigos"
“Feijóo gana pero Puigdemont podrá hacer presidente a Sánchez”, se lame la herida El Mundo en Primera. En el editorial, el tono doliente crece: “Las elecciones generales de anoche arrojaron uno de los peores escenarios imaginables. El país queda en manos de la inestabilidad y de la incertidumbre, cuando no directamente de sus enemigos. Corresponde ahora a los dos grandes partidos conducirse con responsabilidad para no llevar la polarización hasta límites insostenibles. Los ciudadanos otorgaron la victoria al PP (136 escaños) pero no le concedieron, ni en soledad ni en compañía de Vox, la mayoría suficiente para gobernar que Alberto Núñez Feijóo había solicitado”.
"El presidente tratará de convencer al Rey Felipe de que le encomiende la resurrección de un Frankenstein más tenebroso que nunca, con sede en Waterloo"
El normalmente pizpireto columnero Jorge Bustos no tiene hoy las teclas para ruidos. Después de meses pronosticando la fumigación del bicho, las urnas le han puesto en evidencia: “Si Feijóo no arma una mayoría alternativa con Vox y el PNV –cosa harto improbable, pero tiene el deber patriótico de intentarlo por todos los medios–, el presidente tratará de convencer al Rey Felipe de que le encomiende la resurrección de un Frankenstein más tenebroso que nunca, con sede en Waterloo. Y no por las condiciones draconianas (empezando por el referéndum) que pongan ERC y Bildu, sino porque el propio Sánchez se sentirá ahora más legitimado que nunca para superar cualquier escrúpulo y rendir toda resistencia. Menos la de este humilde plumilla, claro”.
"Tantas veces dados por muertos, Carles Puigdemont comparte con Pedro Sánchez la capacidad del requiebro del tahúr"
Los quejidos se mezclan con los de Iñaki Ellakuria, que busca los parecidos razonables entre el no desalojado Pedro Sánchez y quien puede ser su avalista: “Tantas veces dados por muertos, Carles Puigdemont comparte con Pedro Sánchez la capacidad del requiebro del tahúr, la finta casi imposible que, frente al abismo, les permite esquivar un trágico final que muchos, incautos, damos por segura una y otra vez antes de tiempo. Un instinto animal de supervivencia que ha mostrado toda su agudeza en estas elecciones del 23-J, con el líder del PSOE conservando en su mano la posibilidad de reeditar la coalición Frankenstein, tras arriesgar con un adelanto electoral que parecía suicida y acertar alentando el espantajo «facha» de Vox. Y con el fugado a Waterloo, a su vez, recuperando una posición central en el tablero político”.
“Inestabilidad”, titula La Razón bajo la fotografía del tétrico baile de los pírricos ganadores en el balcón de Génova. El encabezado del editorial es un rasgado de vestiduras en toda regla: “El Gobierno de España no puede quedar en manos de Bildu”. La argumentación resulta aún más penosa: “La alternativa es una coalición de perdedores, con Bildu y los partidos nacionalistas, otra vez, como árbitros de la gobernabilidad de la Nación, y un PSOE que, paradójicamente, ha salvado los muebles y maquillado sus resultados gracias a su apabullante victoria en Cataluña, donde ha superado a la suma de ERC y Junts, y con un buen desempeño en el País Vasco, donde ha sido de nuevo la fuerza más votada. Parece claro que una mayoría de los ciudadanos catalanes y vascos no quieren modelos rupturistas, con lo que sería un contrasentido que Pedro Sánchez desoyera a sus votantes y formara gobierno con los derrotados en las urnas”.
"Sánchez estará en manos de Otegi, Puigdemont y Junqueras con mayor intensidad que en la legislatura que ha concluido"
Inasequible al desaliento, el director del diario azulón, Francisco Marhuenda, proclama: “Sánchez perdió las elecciones”, e inmediatamente se lanza a argumentarlo: “Es un dato objetivo, aunque la izquierda política y mediática pretende convencernos de que Sánchez ha ganado las elecciones. Tras cuatro años de gobierno, su coalición con los comunistas ha retrocedido.. Se ha quedado con solo 122 diputados y para gobernar tendrá que formar una complicada coalición de perdedores. Es decir, estará en manos de Otegi, Puigdemont y Junqueras con mayor intensidad que en la legislatura que ha concluido. Es bueno recordar que JxCat ha bajado de 8 a 7 y ERC de 13 a 7. Su pacto con Sánchez les ha debilitado en Cataluña”.
También busca autoconsuelo el editorialista de Libertad Digital, que después de rezumar bilis, termina diciendo que, bien mirado, no hay mal que por bien no venga. Se lo juro: “Tras una decepción de este calibre es difícil pensar qué posibilidades nos quedan para pensar en un futuro que no sea muy negro, pero si hay alguna pasa porque unos y otros aprendan de sus errores, se convenzan de que la acción política no puede ser limitarse a esperar el error del rival o dar la batalla por una España extraña y excéntrica que sólo existe en algunas cabezas desnortadas, de den cuenta por fin de que hay que trabajar mucho más y comunicar mucho mejor”.
"El PP ha dedicado más esfuerzos en estigmatizar a Vox, su único apoyo posible para un cambio de Gobierno en España, que en atacar a Pedro Sánchez"
En Vozpópuli, Alberto Pérez Giménez compone una elegía titulada “Pobre España: otro Gobierno de Sánchez en manos de Bildu, ERC... y Puigdemont”. Al lado, Irene González prefiere no llorar y opta por ciscarse en el mesías estrellado: “El PP ha dedicado más esfuerzos en estigmatizar a Vox, su único apoyo posible para un cambio de Gobierno en España, que en atacar a Pedro Sánchez y proponer una alternativa visible en políticas. Si Feijóo fuese coherente y creyese en algo de lo que ha defendido estos meses, al PSOE, debería abstenerse para evitar la reelección de Sánchez con los bilduetarras, aunque haya ganado las elecciones por poco. Lo malo es que esto no solucionaría nada. El Frankenstein desangra España en cada votación parlamentaria, en cada ley”.
"Una coalición paritaria entre PP y PSOE, única salida a un resultado endiablado"
Para nota, lo de Pedro J. Ramírez, que propone un remedio a la desesperada: “Una coalición paritaria entre PP y PSOE, única salida a un resultado endiablado”. Y lo explica así: “El Español se ve obligado a pedir que Feijóo y Sánchez lleguen a un acuerdo para no convertir a Puigdemont y a Otegi en árbitros de la política española y para impedir una repetición electoral que demostraría la incapacidad del Parlamento a la hora de aportar soluciones. Los dos partidos deberían consensuar la fórmula de esa gran coalición. Puede estudiarse un gobierno presidido por un independiente de prestigio. O una presidencia rotatoria entre los actuales líderes, o entre otros que no se profesaran la inquina que se tienen los actuales”.
Hay muchísimo más (y lo que vendrá), pero para no eternizarnos, tocamos puerto en El Debate, cuyos amanuenses están de luto riguroso, empezando por el editorialista. “Tiene que gobernar quien ha ganado”, vocea como si fuera a colar. La argumentación, la que imaginan: “Que la victoria del PP no haya sido tan rotunda como presagiaban las encuestas y no le permita alcanzar la mayoría absoluta ni pactando con Vox no significa que haya una alternativa mejor. No lo es otra coalición Frankenstein reforzada por un nuevo socio cuyo líder está pendiente de juicio y reclama el inexistente derecho a la independencia de Cataluña”.