Está fácil estos días ejercer de atizador diestro. Sin profundizar más, se puede elegir entre usar el zurriago sobre la banda de pandereta del Tito Berni o liarse a poner al gobierno español de bolivariano expulsador de santos y señas de la libertad de mercado como Ferrovial. Por segundo día, les tiro por la opción B en la cosecha de entrecomillados.

"Los aspavientos chavistas de toda esta colección de inútiles aupados a ministros solo hace recordarnos las rabietas de los malos gobernantes"

Carlos Herrera (ABC)

Empezamos en ABC, donde Carlos Herrera no olvida la alusión venezolana antes de defender el derecho de la empresa a darse el piro a donde lesalga de los balances: “Los aspavientos chavistas de toda esta colección de inútiles aupados a ministros solo hace recordarnos las rabietas de los malos gobernantes. La decisión de Ferrovial no se toma en diez días, se madura durante mucho tiempo, y se desencadena cuando se comprueba que el ambiente no es amistoso. El desembarco de cretinos, uno detrás de otro, sugiriendo leyes precipitadas para castigar que una empresa busque cotizar en mercados de mucha más liquidez es una muestra del fracaso evidente de un Gobierno de tics bolivarianos. Poco menos que pretenden que devuelva hipotéticas ayudas que ellos le han perdonado a los malversadores”.

Huir del chavismo”, titula un tal Juan Gutiérrez Alonso su pieza en Libertad Digital. Está tan llena de toda la cacharrería caraqueña, que uno no sabe si el fulano escribe de España o, directamente, del país gobernado por Maduro: “Las políticas de corte bolivariano entre las que hoy navegamos, además de ir provocando progresivamente un deterioro generalizado de los servicios públicos, un incremento muy notable de la delincuencia, precariedad y niveles de exclusión nunca vistos, antes o después activan la autotutela de organizaciones empresariales, personas y familias. Más pronto que tarde los trabajadores más capacitados en cualquier sector también se dan por notificados de la deriva y por eso en la ingeniería, la arquitectura o entre el personal científico o médico-sanitario se acelera la movilidad desde nuestro país hacia otros”.

"Se va Ferrovial, pues un poder oculto menos"

Cristina Losada (Libertad Digital)

En la columna de al lado, Cristina Losada tira de algo que pretende ser retranca. Según la escribidora, Sánchez debería celebrar la marcha del emporio: “Se va Ferrovial, pues un poder oculto menos. Esto es lo que dictaría decir la coherencia con el discurso arrabalero que han estado haciendo para ver si ganan puntos en los sondeos. ¿O no dijo el propio Sánchez que las protestas de ciertos bancos y empresas por un nuevo impuesto significaban "que vamos en la buena dirección"? Entonces, lo suyo es que tome como una confirmación de que la dirección es buena el hecho de que uno de esos enemigos del Gobierno —y del pueblo— proteste con los pies y se vaya con la sede a otra parte”.

Pedro J. Ramírez dedica por segundo día el editorial del El Español al anunciado cambio de aires de la potente firma. Pura moralina: “¿Por qué no asume Moncloa que Ferrovial, simplemente, tomó una decisión ajustada a la ley y a las reglas del libre mercado en un entorno enormemente competitivo? ¿Acaso no sería más productivo un examen de conciencia, con parada en cada una de las medidas aprobadas, a fin de corregir los errores que han contribuido a este desenlace indeseable para todos los contribuyentes?”.

Dardos para Nadia Calviño

"Bastan un par de años para que las calviños terminen hablando como belarras"

Rafa Latorre (El Mundo)

Aunque abundan las andanadas colectivas al gobierno de Sánchez, es digno de destacar que una buena parte llevan el nombre propio de la vicepresidenta segunda que, según escribe Rafa Latorre en El Mundo, ha sido abducida por sus socias moradas: “Vuelve a cumplirse la ley implacable del frente popular: la convivencia siempre termina radicalizando a los tecnócratas y jamás educa a los radicales. Bastan un par de años para que las calviños terminen hablando como belarras. (…) Por muy pertinente que sea, no hagamos repetir una vez más al doctor Samuel Johnson su diagnóstico sobre las patrias. Mejor felicitemos al Gobierno por otra victoria inapelable en su guerra contra los ricos. Míralos cómo huyen, los vencidos”.

Sin gasto de tanto vitriolo, en La Razón, César Lumbreras apunta su mira hacia la número dos del gobierno de Sánchez: “Desde el Ejecutivo, hasta los ministros que pasan por ser más moderados, es un decir, se liaron ayer la manta a la cabeza descalificando la actitud de esta empresa. Es, desde errónea hasta inaceptable, según los calificativos de Nadia Calviño. Al margen de la consideración que merezca esta decisión, el Gobierno debería hacer examen de conciencia (suponiendo que tenga) y comenzar por preguntarse si algunas de sus medidas han contribuido a esta fuga y si podría haber hecho algo para evitarla”.

"A veces se diría, Nadia Calviño, que tu última esperanza estaría fijada en un retorno a la economía colectivista soviética"

Luis Ventoso (El Debate)

El concurso de invectivas a Calviño lo gana el subdirector de El Debate, Luis Ventoso, que se dirige a ella en segunda persona y que la convierte en refrente del comunismo soviético. ¿Exageración? Lean, lean: “Nadia es el diminutivo del nombre ruso Nadyezhda, que significa esperanza. A veces se diría que tu última esperanza estaría fijada en un retorno a la economía colectivista soviética. Nadia, vicepresidenta: hasta un niño de preescolar sabe que Ferrovial se larga de España porque tú y tu Gobierno os habéis dedicado a poner en la diana a los empresarios, a abrasarlos a impuestos, a subirles los costes, a retratarlos como los villanos culpables de todos los reveses económicos”.