Menuda racha en Diestralandia. La mayoría absolutísima de Moreno en Andalucía, la dimisión de Oltra y, como no hay dos sin tres, el archivo del caso de las mascarillas del hermano de Díaz Ayuso. "Ayuso, coraje y verdad frente a la insidia", titula La Razón su editorial, que en realidad es una oda a la lideresa que hizo morder el polvo al rojerío: "Lo ha sufrido en carne propia otra de las grandes figuras políticas del centro derecha, culpable, en todo caso, de llevar a la izquierda madrileña a la irrelevancia electoral mediante una gestión política, económica y social impecable que, en medio de la pandemia, ha hecho de la Comunidad de Madrid la región más pujante de España. Y no lo tenía fácil esta mujer valiente, que, por razones que ya no tienen la menor importancia, se vio objeto de una insidia surgida desde la dirección de su propio partido, más hiriente si cabe porque recuperaba la mancha de la corrupción extendida por la izquierda y que tanto daño había causado entre sus filas".

Por si no se hubiera captado el mensaje, el director del diario azulón, Francisco Marhuenda, lo repite en su columna de la contra: "Estamos ante un nuevo fracaso del PSOE, Podemos y Más Madrid. La reacción ética sería que se disculparan. No lo harán, porque consideran que todo vale al servicio de sus intereses y del objetivo de destruir a sus rivales. Lo han intentado en 22 ocasiones, que son las veces que han acudido a los tribunales, pero siempre han fracasado".

ABC lleva el asunto a su primera, aunque curiosamente, no le dedica ninguno de los editoriales. A cambio, el director, Julián Quirós, sí le echa un par de párrafos, con recuerdo especial para dos cadáveres políticos: "La novedad, aquí, no está en la oposición, sino que el correctivo todavía es mayor para la excúpula del Partido Popular, ¡el propio partido de Ayuso! Si Casado y García Egea ya acabaron malparados hace unos meses, por la gestión de su traumática salida, a partir de ahora difícilmente podrán recuperar no ya el crédito, sino el prestigio y el afecto de una organización que comprueba atónita cómo aprovecharon y exageraron un infundio para frenar las aspiraciones de una compañera a la que querían cortarle las alas".

Unas páginas más allá, Isabel San Sebastián se desgañita: "Ayuso vuelve a ganar". El cantar de gesta termina así: "Con el afán de derribarla han hurgado en su vida privada, han atacado a su familia, han filtrado información confidencial probablemente procedente de la Agencia Tributaria, han utilizado toda su artillería mediática€ en vano. Ayuso ha vuelto a demostrar que la verdad es su mejor arma y que no le falta valor para enfrentarse a quien haga falta. Ella sí que está empoderada, mal que les pese a Irene Montero y Mónica García".

"Ayuso sí que está empoderada, mal que les pese a Irene Montero y Mónica García"

Isabel San Sebastián

"Ayuso sale reforzada del caso que nunca fue", titula El Mundo su editorial. Nadie se libra del ajuste de cuentas: "Tenía razón Ayuso al acusar a la dirección nacional del PP, –entonces en manos de Casado y su escudero García Egea– de aprovechar la denuncia de la oposición para instigar un indigno intento de espionaje contra su familia con el abyecto propósito de resolver mediante chantaje un asunto interno. Ante la denuncia presentada por PSOE, Podemos y Más Madrid, la Fiscalía abrió diligencias pero ya señaló la falta de indicios verosímiles de delito. La maniobra era política, pero corresponde a la Justicia despejar toda duda sobre la integridad de quienes administran lo público. Es de esperar ahora la misma diligencia al investigar las denuncias sobre posibles irregularidades en la compra de material sanitario por parte del Gobierno".

Terminamos en El Debate, donde Mayte Alcaraz vindica a su heroína y reparte mamporros entre los villanos y las villanas habituales: "Curioso que, sin mediar imputación, los platós ardieran pidiendo la dimisión de la presidenta (que, según el fiscal Luzón, no pudo mediar en la adjudicación a su hermano porque «el Consejo de Gobierno no es un órgano de contratación»), los mismos que salvaban hasta anteayer a Mónica Oltra, ella sí imputadísima y con la policía judicial registrándole los cajones del despacho. Ahora, sin Vox, sin hermanísimo y con las urnas vacías de votos de izquierdas, solo les queda enfrentar a Moreno con Ayuso. En ello están ya". La pieza se titula "El ayusogate era un filfa".