Qué culpa tienen los opinateros diestros, si se las ponen a huevo. Que medio gobierno deje al otro medio solo en la conmemoración (bueno, vale, en la celebración) del 40º aniversario del ingreso de España en la OTAN, pues qué quieren que les diga yo. Que estaba cantado que hoy nos desayunaríamos con cargas de profundidad como las que siguen.
"Sabotaje a la apuesta atlántica de Sánchez", se mesa los cabellos el editorialista de La Razón. Para él, los novillos morados son lo peor de lo peor: "La ausencia de los ministros de Unidas Podemos, incluida la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en la conmemoración del cuarenta aniversario del ingreso de España en la OTAN, efeméride a la que Pedro Sánchez ha querido dotar de la solemnidad de las grandes ceremonias de Estado, no es sólo un hecho insólito en la práctica política de las democracias occidentales, donde se presupone la solidaridad de los socios que integran una coalición, sino que supone un sabotaje consciente de la gran apuesta atlantista del jefe del Ejecutivo, que ha visto en la próxima cumbre de la OTAN una inapreciable oportunidad para relanzar la maltrecha imagen de la legislatura".
Al volver la página del diario azulón, nos encontramos con Jorge Kitchen contando la batallita del "OTAN, de entrada no" para terminar con el feo de Unidas Podemos a su presidente del Gobierno: "Con ocasión de este 40º aniversario, dentro de un mes se celebrará una cumbre atlántica en España, que Sánchez prepara no asistiendo al desfile militar del Día de las FF.AA, evocando los tiempos no tan lejanos en que abogaba por la supresión del Ministerio de Defensa. Ahora, un tercio de su Gobierno mantiene esa posición y boicotea esa Cumbre de la OTAN".
A Ignacio Camacho le duele la misma china en el zapato patriótico, y así lo expresa en ABC: "Al bueno de Stoltenberg tendríamos que haberlo recibido con una pancarta de bienvenida al reino de la anomalía. Un país donde el Rey defiende con solemnidad el compromiso atlantista mientras una significativa porción del Ejecutivo lo critica, y donde la estabilidad política depende de partidos que cuestionan la Constitución, rechazan la monarquía, desafían al Estado, desacatan la justicia y a duras penas disfrazan sus simpatías por Putin bajo triviales consignas pacifistas".
El editorialista de El Mundo no desaprovecha la oportunidad de atizar un coscorrón a los no presentes en los fastos conmemoratorios y el agasajo al baranda de la cosa atlantista: "Solo una izquierda naíf, incapaz de encajar que la realidad contradiga su trasnochada ideología, se aferra a posturas antiamericanas previas a la caída del Muro. El problema es que esa izquierda, 40 años después, integra el Gobierno de España, país anfitrión de una inminente cumbre de la Alianza Atlántica cuya «dimensión histórica» fue señalada ayer por Felipe VI".
Otro que no oculta su cabreo es José Antonio Zarzalejos, primer espada de El Confidencial: "Ayer, Unidas Podemos protagonizó un auténtico disparate: sus ministros —también la tenida por sensata Yolanda Díaz— plantaron los actos de celebración del cuadragésimo aniversario de la entrada de España en la OTAN, que contaron con la presencia en Madrid de su secretario general, a solo 28 días de la celebración de su estratégica cumbre en la capital. En plena y brutal invasión de Rusia a Ucrania, con Europa en ascuas, la oposición a la Organización del Atlántico Norte y a la celebración de su reunión en la capital de España [las ausencias] constituyen una auténtica afrenta democrática, una traición a los intereses de la Europa libre y de la nación. Y hace incurrir en el ridículo al propio presidente. Por enésima vez".
Miquel Giménez no se pierde un festín así. Su desabrre en Vozpópuli empieza afeando la ausencia y termina casi literalmente en Paracuellos: "Los comunistas no han hecho el menor acto de contrición por las checas, los asesinatos a religiosos o creyentes, las purgas a sus enemigos como Andreu Nin. La memoria histórica es para los otros. Es lógico, pues, que un acto en el que se ensalza la vigencia de una alianza militar de naciones libres les repela. Sánchez debería cesarlos. Porque no son ministros anti-OTAN. Son ministros anti democracia parlamentaria".
A Alfonso Ussía no es que no le importe el desplante de los morados, pero lo que le tiene a mal atraer es el conjunto tejano que llevaba Sánchez en otro día: "Para mí, que nos expulsan de la OTAN. Por dos motivos. Por el conjunto vaquero de Sánchez y porque más de la mitad de los ministros de Sánchez, y la totalidad de los socios de Sánchez, son partidarios de Putin".