Venía casi radiotelegrafiado. En su comparecencia ante las cortes españolas, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, escogió el bombardeo de Gernika como término de comparación local con el castigo despiadado que está recibiendo su pueblo a manos de los rusos. Y, como venía también radiotelegrafiado, la analogía ha hecho saltar a los que todavía siguen sosteniendo que fueron los rojos y los separatistas los que incendiaron la villa foral.
El primero que levanta la zarpa es Federico Jiménez Losantos en su columna de la página 2 de El Mundo. Resulta que Zelenski bebe de las funetes de Stalin. Casi literal, como van a leer: "Zelenski hizo ayer una cita tonta sobre Guernica, pero sabe de España y nuestra guerra lo que se cuenta en la Europa del Este: la versión de Stalin. Antes, la aviación republicana había bombardeado Cabra, con más víctimas. Pero ¿le vamos a exigir a Zelenski más que a un alumno de la ESO? Informemos al hermano ucraniano: la masacre de Bucha, cerca de Kiev, recuerda a la de Paracuellos, cerca de Madrid, en 1936. Pero aquí no se mató a cientos sino a miles de seres indefensos, sacados de su casa, como ahora en Ucrania, por la fabulada II República".
Ante la mención, en el catolicón El Debate les ha faltado tiempo para encargar un artículo al que fuera jefe de Falange española y de las JONS (¡toma ya!) Gustavo Morales. Ojo al título: "La mentira de Guernica: propaganda para convertirlo en símbolo del Frente Popular". Ya con eso sobra el resto, pero les copio y pego un par de nauseabundas frases: "El mito inventado fue convertirlo en un símbolo de defensa del Frente Popular, a pesar de que el número de víctimas fue de 126 personas y 52 edificios destruidos. El día de mercado había acabado cuando empezó el bombardeo que no duró ni tres horas por imposibilidad técnica de las aeronaves participantes".
En ABC, el tipo que firma con el seudónimo Hughes riza el rizo y trae a ETA a colación. Se lo juro: "Sánchez advirtió indicios de «genocidio» en la matanza de Bucha, y viendo los cuerpos ejecutados, lo familiar de esa terrible estampa, y teniendo en cuenta el número de asesinados, alguien podría deducir siguiendo su criterio que también hubo genocidio de españoles en el País Vasco. Quizás en otro discurso".
A Irene González, columnera de Vozpópuli, no le molestó tanto la alusión de Zelenski a Gernika, como la de Sánchez al franquismo. A su Paco, que ni se lo toquen: "Lo peor llegó cuando [Zelenski] tuvo que soportar las fatuas falacias de Pedro Sánchez comparando el sufrimiento de España durante los 40 años del franquismo con lo que está viviendo Ucrania. ¿Cuál es el límite para soportar estas vilezas falsarias en el ámbito público?".
Por asociación de ideas, todo esto entronca con la llantina diestra ante los cambios en los programas escolares del bachillerato. Y lo de llantina es precio de amigo. Vean la bilis rojigualda que supura el editorialista de El Debate porque los jóvenes ya no van a estudiar las grandes gestas de la patria: "España llevó civilización, fe, derechos y cultura a América; Europa es el mayor espacio de derechos y libertades que nunca ha conocido la humanidad gracias a sus profundas raíces católicas; y la recuperación de Hispania con la caída del último reino nazarí en Granada explica el freno en todo el continente a una respetable religión, la musulmana, que sin embargo es pasto de un fundamentalismo incompatible con el progreso que trajo y asentó el catolicismo".
Y en ABC tal bailan. Hoy el vetusto diario aprovecha una entrevista al director del Instituto Cervantes para cascarse un editorial que empieza así: "La perversión política de nuestro modelo educativo, debilitado desde hace décadas y ahora reducido por el Gobierno a una herramienta de socialización en la que el adoctrinamiento ideológico sustituye al aprendizaje y el conocimiento, amenaza con sumir a las nuevas generaciones en un pozo de desconexión, hasta aislarlas de su historia y su cultura".