Los amanuenses cortesanos van camino de la lumbalgia segura. Llevan en genuflexión desde que el inquilino de Zarzuela soltó sus trece minutos rellenos de viento en nochebuena. Bien es cierto que nadie llega tan lejos en la postración como La Razón, que hasta ha cocinado una encuesta instantántea. "El 70,4% de los españoles ve a Felipe VI en sintonía con la sociedad", reza el titular de primera, que tiene debajo otros enunciados succionadores: "El 80,1% valora positivamente el Mensaje de Navidad y el 65,5% que es más interesante que otros años. El 72,2% de los ciudadanos considera que es una garantía para la unidad de España". Con esos números, no sabe uno qué problema habría en un referéndum.
La presunta información ocupa dos páginas llenas de aleluyas y se complementa con un editorial en forma de peineta para los disolventes que no se arrodillan ante el coronado: "La clase política antisistema, que anida hoy en el gobierno y en la mayoría parlamentaria que lo sostiene, anda obsesionada en mantener viva una entelequia, una ficción en torno a la vigencia, incluso la legitimidad, del modelo de Estado y de su Jefatura. (…) Todo lo contrario. Don Felipe goza de un extraordinario predicamento entre los españoles, con autoridad no ya indiscutible, sino creciente". Insisto, lo arreglamos rápido con una consulta.
El domingo, Francisco Marhuenda, que por algo es el director del diario azulón, también dejaba su carga de profundidad contra los malvados a cuenta de la frase del Borbón en que calificaba la Constitución como "viga maestra": "Esta parte, que me gustó mucho y, seguro, a la inmensa mayoría del pueblo español, no es compartida por los comunistas, los herederos de ETA y los independentistas".
En el editorial de ABC, más de lo mismo: "Ni podemitas ni nacionalistas entienden que, como apuntó el Monarca, tanto los poderes públicos como los ciudadanos están llamados a promover «la unidad frente a la división», «el diálogo y no el enfrentamiento», «el respeto frente al rencor», y «el espíritu integrador frente a la exclusión»".
Y si quieren otra versión, aquí tienen la del editorialista de El Mundo: "Porque los independentistas y la izquierda radical no se han limitado a tirar del consabido argumentario para oponerse al discurso dijera lo que dijera el Rey. Traspasando las líneas rojas de la más básica cultura política, Podemos, ERC o Bildu han vuelto a tachar a la Monarquía de «corrupta» o, como hizo el ladino portavoz peneuvista Aitor Esteban, se le niega al Rey «credibilidad» para hablar de «integridad pública y moral» por no reclamar que la inviolabilidad de la Corona sea modificada".
Por no extendernos, cerramos en El Debate, con la defensa cerrada de Mayte Alcaraz no ya a Felipe VI sino a Juan Carlos I. Defensa, claro, en forma de ataque a quienes osaron poner en duda su buen nombre: "Ser vituperado por estos cuatro representantes de la inmoralidad política es una condecoración para cualquier persona de bien, que es por lo que yo tengo (y millones de españoles) a Don Juan Carlos". ¿A qué cuatro se refiere? En la retahíla final los nombra con desdén, aunque sin apellidos: "Ni Merche, la amiga de Mikel Antza, ni Isa, la agresora de servidoras públicas, ni Pablo, el que se escaquea de asegurar a su asistente, ni Gabi, o cómo forrarse rompiendo España desde dentro, le llegan al Rey padre a la altura del par de cordones que se ató para marcharse fuera de España hace ya 16 interminables meses".