El presidente de Castilla y León se ha hecho un Ayuso. Mientras su vicepresidente naranja explicaba en Onda Cero que la coalición iba como una seda, Alfonso Fernández Mañueco comunicaba ¡con un tuit! la convocatoria de elecciones, previa destitución de todos los consejeros de Ciudadanos del Gobierno. ¿Y cómo ha caído en Diestralandia? Pues no crean que hay una postura clara. Lean, lean.
En ABC son un poquito partidarios. "El PP llama a las urnas en Castilla y León para cercar a Sánchez", titula en portada el vetusto. La idea es que no se trata de unos comicios autonómicos: "En cualquier caso, el PSOE se engañaría si percibiese estas elecciones como una prueba para Tudanca y no como un plebiscito sobre Sánchez porque, como todas las elecciones autonómicas, estas también tendrán una lectura crítica eminentemente nacional", dice el editorialista.
El director, Julián Quirós, no ve mal la jugada, pero aprovecha para recodar a Mañueco que en su día, cuando explotó el pifostio murciano y Ayuso se tiró a la piscina, él no tuvo narices: "Mañueco ahora quiere ser también un barón de primera, como los de Madrid, Andalucía y Galicia, y para ello precisa no sólo ganar las elecciones cuando le toque, sino la gallardía de pilotar la política regional desde la iniciativa, el liderazgo efectivo, mandando y adelantándose a los atajos de PSOE y Ciudadanos".
En La Razón se celebra el adelanto con un concierto de palmas con los orejas. Uno de los que aplaude con más brío es Francisco Marhuenda, que además de recordar que todo es fruto de "la traición de Ciudadanos", se imagina un futuro esplendoroso: "El PP tiene un reto que no es imposible de alcanzar. La alternativa sería un gobierno de socialistas, podemitas y esas plataformas movidas por el egoísmo de sus dirigentes. Castilla y León, al igual que el resto de comunidades, necesita partidos sólidos y coherentes, pero sobre todo leales a España".
Todavía más pilongo que el director, Jorge Fernández Díaz (el de la Kitchen, sí) anota: "El 13 de febrero se juegan mucho en el envite, tanto el PP como los socialistas, con Vox como aliado imprescindible y único, para garantizar la continuidad de Mañueco. Y que aspira a gobernar en coalición con él, como preludio de una eventual situación similar tras las próximas elecciones generales".
En Vózpuli, Jorge Vilches recita practicamente el mismpo cuento de la lechera: "Esa convocatoria electoral adelantada al 13 de febrero, y que ganará el PP de Mañueco, será una victoria del PP nacional. El PP de Casado está en una fase ganadora que quedará certificada en Castilla y León, en solitario o con Vox, socio que sustituye a Ciudadanos. El elector corriente verá que el inquilino de Génova está más cerca de La Moncloa y se aferrará a él. Sin duda".
El editorialista de El Mundo también se aferra al sueño tórrido: "En términos nacionales, en cualquier caso, nos encontramos ante el pistoletazo de salida de un ciclo electoral decisivo para España. El PP aspira a consumar la reunificación forzosa del centroderecha mediante la absorción de Cs. Del éxito de esa estrategia depende la posibilidad misma de que Casado llegue a ser presidente".
Y terminamos con Pedro J. Ramírez, que no dice ni si ni no. O, en realidad, en el editorial de El Español dice lo uno y lo otro a la vez, que puede salir bien y que puede salir mal. Eso sí, también con Moncloa como referencia: "Con sus luces y sus sombras, el PP y Mañueco han marcado una ruta clara para Castilla y León. Casado se juega mucho en su primera gran batalla por la Moncloa. Y su suerte se disputará, veremos en qué medida, en si sale cruz o sale cara en Castilla y León".