No aportamos nada
Conforme a lo previsible, ha escocido un rato largo en Diestralandia que el lehendakari, Iñigo Urkullu, señalara la deslealtad fiscal de Ayusilandia, antes Madrid. "Que a la campaña del falso dumping se sume el lehendakari Urkullu ya clama al cielo. Porque si hay una administración fiscalmente privilegiada en España, desde hace tiempo, ha sido la vasca. Que por su foralidad no aporta nada a la caja solidaria común, a la que Madrid contribuye como nadie", pedía las sales el editorialista de El Mundo. Mintiendo, por cierto.
Indecoroso
Y quizá el amanuense tenga disculpa. Más difícil es encontrársela a José Antonio Zarzalejos, que sabe de qué va el paño de la foralidad. Pero al ahora acogido en El Confidencial eso le importa una higa. "En estas condiciones, que el lendakari Urkullu acuse a Madrid de dumping fiscal y denuncie que la comunidad madrileña es un "paraíso fiscal" resulta por completo "indecoroso", escribía quien hace lustros firmaba como Vicente Copa en un diario de cuyo nombre no quiero acordarme. "Madrid y el indecoroso PNV" era el título de la pieza del camaleónico exdirector de ABC más carpetovetónico.
Ayuso es heidi
En El Debate, Luis Ventoso, atizador fichado también del vetusto ABC, acusaba al lehendakari de echarle "una jeta notable acusando a Madrid de dumping fiscal con la bicoca que supone el cupo vasco", y luego se adornaba en la comparación de Urkullu y Ayuso con dos personajes de cómic: "Es así como si el Increíble Hulk acusase a Heidi de tener malos modales".
Madrid, ombligo del mundo
También en el reflotado diario digital de la Asociación Católica de Propagandistas, su director, Bieito Rubido, preguntaba con ese reduccionismo provinciano del que ha hecho su seña de identidad: "¿Por qué los de Bilbao quieren vivir en Madrid?". Y luego, topicazo a topicazo, procedía a responderse a sí mismo: "Creo que no es solo por el sol y el cielo azul madrileño. A Madrid se viene porque se respira libertad; porque los comercios abren todo el año; porque la gastronomía, aunque no lleve estrellas, es buena, amplia y amable; porque tus hijos estudian lo que quieren; porque no hay adoctrinamiento en las aulas; porque los idiomas que se les enseñan les abren fronteras y horizontes; porque hay riqueza de verdad; porque hay seguridad ciudadana".