Las pantallas de Diestralandia reponen uno de sus clásicos favoritos. El argumento, ya saben, se centra en los voraces y consentidos vascos que siempre esquilman las arcas de la nación porque se lo permiten los gobernantes pusilánimes. "Pedro Sánchez compra la presencia de Urkullu en la conferencia de presidentes", se encabrita Libertad Digital. A falta de editorialista o amanuense de guardia, se cede el látigo al consejero de Economía de Madrid, Javier Fernández Lasquetty, que en una entrevista en EsRadio, también llamada Radio Federico, había echado espumarajos: "Es una cesión de España y de los españoles, es intolerable".
Por si se han perdido, todo esto viene a cuento de la presencia de Urkullu en la Conferencia de presidentes de mañana, después de que Sánchez se haya avenido a convocar hoy la Comisión Mixta del Concierto. En este encuentro se hablará de la gestión de ciertos impuestos. Solo eso, pero los heraldos del ultramonte ya dan por hecho lo que ocurrirá. "El lehendakari asistirá a la Conferencia tras garantizarse más ingresos fiscales y un aumento de la deuda", pregona El Mundo.
Ese titular hinchado le da pie al editorialista para sobreactuar: "El vasco dio su brazo a torcer después de garantizarse que, deprisa y corriendo, el Gobierno le va a conceder hoy el traspaso de tres nuevos impuestos a las Haciendas forales y la aprobación de un techo de gasto para Euskadi bien ventajoso. Caras nos salen a todos los españoles estas cumbres si en cada una Urkullu se lleva su buena mordida. De hecho, el lehendakari ha vuelto a hacer ahora lo mismo que ya le salió tan bien el año pasado, cuando se llevó sus correspondientes prebendas para acceder a hacerse la foto de familia".
Las tales prebendas fueron, en todo caso, cumplimiento de viejas deudas. Pero eso es muy difícil de hacérselo entender a quienes no se manejan con hechos sino con propaganda. Y así encontramos a un redactor de Vózpuli adelantando en exclusiva el descubrimiento de la gaseosa. "Suma y sigue: Urkullu exigirá ahora a Sánchez la gestión del ingreso mínimo", dice el tribulete, que desconoce que desde la misma aprobación del tal ingreso mínimo se contemplaba que lo gestionase la CAV. Y en cuanto al "exigirá ahora", si echa un vistazo a las hemerotecas, comprobará que la reclamación lleva meses encima de la mesa.
Sibilino, El Confidencial aprovecha el episodio para titular a beneficio de obra: "La última concesión a Urkullu calienta aún más la cumbre de presidentes autonómicos. La transferencia de tres impuestos a Euskadi engorda el malestar que muchos dirigentes territoriales acumulan por la escasa información de la cumbre, los fondos europeos y las negociaciones bilaterales". ¿Muchos? Con el morlaco en suerte, Francesc de Carreras suelta su carga de profundidad: "A pesar de que el artículo 1.2 del reglamento dice textualmente que en la conferencia se actuará 'según el principio de lealtad institucional', tanto las comunidades vasca como catalana no se atienen a ese principio, cada una según sus estrategias políticas particulares. En este caso, parece que Urkullu acepta asistir tras haber obtenido ayer el plácet del Gobierno Sánchez para poder recaudar nuevos impuestos. Siempre pragmático el PNV: no da puntada sin hilo". Ni Carreras tampoco.
Y aunque realmente Fracisco Marhuenda no habla solo de la Conferencia de Presidentes sino también del Consejo de Política Fiscal y Financiera de ayer, su aportación es perfecta como broche para estas líneas: "Hay que tener en cuenta que son independentistas, pero no tontos y como siempre me gusta recordar España es una vaca que les gusta ordeñar. Es su principal mercado comercial y la burguesía catalana, al igual que la vasca, ha tenido una posición de privilegio. La crisis institucional que vive nuestro país es consecuencia, precisamente, de la deslealtad permanente de las formaciones nacionalista que solo buscan su interés. Por ello, se aprovechan de la caja común, el mercado comercial y buscan la confrontación para conseguir ventajas políticas".