Tres encuestas, tres, en las principales cabeceras de la prensa de orden vaticinan sin atisbo de duda la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio. El pronóstico más generoso es el de ABC, que otorga 63 escaños al PP y 14 a Vox, o sea, un total de 77, desbordando a los grande la mayoría absoluta. El titular de primera (compartiendo espacio, por cierto, con el anuncio de una entrevista a Santiago Abascal) es de los chincha y rabia: "PP y Vox consolidan su mayoría pese a la campaña de amenazas".
En el editorial sube la bencina. "Madrid fulmina a la izquierda" es el estentóreo titular de una pieza de media docena de párrafos que se pueden resumir en uno: "Esto demuestra que el victimismo exhibicionista de los ministros amenazados de muerte, la desesperada tendencia de Pablo Iglesias al mesianismo y al revanchismo, o la estigmatización del votante de la derecha, no le están sirviendo a la izquierda para ganar un solo voto más".
El Mundo ofrece un vaticinio más moderado. La encuesta de Sigma Dos concede 59 asientos al PP y 12 a Vox o lo que es lo mismo, una mayoría absoluta por los pelos. En la primera se cuenta con una sorprendente asepsia: "Ayuso consolida su mayoría al liderar el voto de centroderecha". Otra cosa es el editorial, donde el encabezamiento lleva mayor carga de profundidad: "El 'efecto Ayuso', impermeable al populismo radical". Y en cuanto al texto, sin disimulos: "Hay que celebrar que la estrategia seguida por algunos partidos para transformar las elecciones a la Comunidad de Madrid en una maniquea guerra de trincheras no haya calado en una ciudadanía que, a estas alturas, distingue bien entre la pirotecnia política y la política real".
Llama la atención que la encuesta de La Razón prediga un resultado más bien modesto a las dos formaciones de la derecha. De hecho, sus números son idénticos que los de ABC, es decir, 59+12. 71 escaños que el titular de portada resume así: "Ayuso inicia el cambio: une el voto AntiSánchez". De nuevo, en el editorial se emplea gasolina dialéctica de mayor octanaje. "Ni la violencia ayuda a la izquierda", es el titular que da paso al tórrido sueño en voz alta: "Los sondeos apuntan a que la candidatura de Isabel Díaz Ayuso ganaría rotundamente y casi duplicaría el número de escaños (de 30 a 59) y votantes, según NC Report. Estos resultados no le permitirían gobernar en solitario, aunque sí encabezar una mayoría sólida, si Vox le apoyase con sus 12 escaños, inamovibles de la anterior legislatura".
Lorente Ferrer, analista oficial del diario de Marhuenda, saca la bola de cristal y ve más allá del próximo martes: "Las elecciones del próximo 4 de mayo nos traerán novedades importantes. Será un cambio de ciclo político en el que el PP será el partido que liderará el nuevo tiempo sustituyendo al PSOE. Tanto a nivel de la autonomía como en el conjunto de España".
¡A votar, a votar y a votar... a Ayuso!
Todo eso son cuentos de la lechera. Los amanuenses diestros lo saben y por eso multiplican sus llamamientos a votar lo correcto dentro de seis días. Por supuesto, no ahorran en pirotecnia verbal. Lean, por ejemplo a Carmelo Jordá en Libertad Digital: "Lo mejor es que, ante este abrumador despliegue de indecencia, mentira y hasta estupidez, los madrileños tenemos la posibilidad de dictar una sentencia que debe ser condenatoria. Y lo será si todos los que nos sentimos asqueados por esta izquierda extrema vamos a votar; si los que estamos hartos de que todo valga en política usamos nuestras papeletas para hundir a los que están intentando el juego más sucio; si los que sentimos algún aprecio por la libertad no olvidamos que las urnas -¡y no las encuestas!- son la mejor barrera para frenar el comunismo".
El veterano José María Carrascal se suma a la arenga. No pierdan de vista la frase final: "Tras arrogarse la superioridad moral, se cree con derecho a decidir que gobernar con la extrema derecha es malo y hacerlo con la extrema izquierda es bueno. Algo tan burdo como falso. Sólo saben mentir y copiar, tesis o eslogan. El del 4 de mayo es 'Fascismo o democracia'. Frente al 'Comunismo o libertad' de Ayuso. Del fascismo se sale. Del comunismo, no".
Y va otra más. Esta vez firma José Alejandro Vara desde Vózpópuli: "Nos acercamos a las curvas peligrosas que preceden a la recta final de las urnas. De aquí al martes, la derecha debe actuar como de ella se espera, huyendo de provocaciones, condenando esa violencia que siempre viene de donde viene, defendiendo las instituciones, el Estado de Derecho, los valores constitucionales, la Monarquía y apostando por un futuro común en un marco de convivencia democrática. Sánchez necesita conquistar Madrid para perpetuarse diez años en el poder. Que nadie lo dude, lo que está en juego es el futuro de España, no la Puerta del Sol".
Eso de "No es Madrid, es España" es otra de las matracas más recurrentes. A tal punto que el sevillano Antonio Burgos reclama su derecho a votar el martes: "Por eso no se crean que las elecciones del 4 son en Madrid. Son en España entera, nos jugamos el futuro por voto de los madrileños. Yo quiero ser madrileño por un día para votar el día 4 por la libertad".
Para el final les he reservado dos gominolas de ricino. La primera es obra de Julio Valdeón en La Razón. Como verán, no es muy partidario de la pujante formación de la izquierda madrileña: "Los votos a Más Madrid vitaminan por persona interpuesta a un gobierno, el del jefe de Gabilondo, que tapó las cifras de muertos, mintió con las mascarillas y prolongó durante meses un estado de alarma inconstitucional. Son aplausos para los pilotos de las guerrillas culturales, que antepusieron la lucha contra el talibanato que nos devora a la salud de unos españoles y unos madrileños que pocos días más tarde morirían ahogados".
Y como despedida y cierre, Javier González Ferrari con una de sus obsesiones favoritas. Si hemos llegado hasta aquí fue por culpa del PNV, que puso a Sánchez donde está: "¿Acaso alguien dudaba de la traición de los meapilas del PNV que le acuchillaron con algo más contundente que una navaja, una semana después de aprobarle unos presupuestos donde se garantizaban, como siempre, una buena mamandurria? Todo el que haya vivido la política de España, desde la muerte del dictador hasta nuestros días, sabe que los discípulos de Sabino Arana son bastante menos fiables que los independentistas catalanes, que por lo menos no disimulan". A estas alturas del calendario.