Habrá que reconocer que el inquilino de Moncloa lo ha puesto a huevo. Su comparecencia de ayer para anunciar prodigios infinitos era casi una provocación para la prensa que le hace la contra. "Campaña de vacunas versus vacunas en campaña", juguetea con las palabras La Razón en primera. En el editorial desarrolla la idea: "Así, no parece descabellado interpretar esta última intervención pública de Sánchez como meramente electoralista, con la vista puesta, sin duda, en una cita electoral a la que él mismo ha dado carta de naturaleza nacional, bajando a la confrontación directa con una candidata regional". Había que llegar a ella, o sea, ELLA.
Más directo, Julio Valdeón despotrica: "Cuando Sánchez pone carita de maniquí, ojitos de póster, y ahueca la voz para asegurar que el ritmo de vacunación se va a acelerar considerablemente, o que la semana del 3 de mayo acumularemos 5 millones de compatriotas vacunados, 10 millones a principios de junio, 33 millones a finales de agosto, apetece calzarse el casco de Gila, meter la cabeza en un agujero y no sacarla en varios años".
"Sánchez nos salva otra vez", titula, no sin tino, Julián Quirós su pieza destacada en ABC. Al final, la inevitable mención a la lideresa: "Quizá se cumplan, todo puede pasar, aunque si no sucediese, ahí tiene al Madrid de Ayuso para cargarle con la responsabilidad".
Es la tesis del argumentario diestro ya sobadísimo a estas alturas de la precampaña. He aquí la verisón de José Alejandro Vara en Vózpuli: "El equipo de Moncloa tiene tan perdidas las elecciones que hace preces para que los contagios revienten Madrid y cargarle así la culpa a la política laxa de Ayuso, de alegría en las terrazas, movimiento en los negocios, de brazos abiertos a las hordas guiris que se bañan en sangría".
A la hostelería hemos llegado, gran bastión de Ayuso para su reelección. Los bares de Madrid son ahora Ayusotabernas, según expresión inventada en Libertad Digital por Pablo Molina. He aquí un fragmento de la pieza: "Como cabía esperar, los izquierdosos más activos están hiperventilados y valoran dejar de respirar hasta que los bares no quiten las fotos de Ayuso. Están muy enfadados. Con ella y con los dueños de los locales, porque no se trata de restaurantes de la Guía Michelín o de grandes cadenas internacionales, sino de negocios de barrio donde suele acudir la gente que (todavía) vota a partidos de izquierda".
Por ahí va también la tesis que espolvorea Emilia Landaluce en El Mundo. Ayuso es la reina de las barras: "Luego está el asunto de la hostelería que también beneficiaría a la derecha. Si España es un país de camareros (o eso dice con desdén la izquierda de las becas black), ¿acaso no es normal que voten a quien les garantice el sustento?".
Final de Copa con el himno intacto
A un par de párrafos de la despedida y cierre, les varío la dieta. Miren lo contento que está Antonio Burgos por algo que no ocurrió en la final de Copa del pasado sábado: "Sonó el himno, presidió Don Felipe VI el palco y fue escuchado con el máximo respeto por los dos equipos formados en el centro del campo. Ni un solo silbido, ni un solo abucheo, ni una sola pitada al Rey. ¿Razón? Muy sencilla: no había público. Situación que volverá a repetirse el 17 de abril, con la final de Copa de este año, entre otras dos terminales del separatismo: el Barcelona y el Athletic". Termina proponiendo, como imaginan, que todas las finales se celebren sin público y en Sevilla.
Y ahora sí, último entrecomillado por hoy, a cargo de Jorge Fernández-Díaz, un fundamentalista católico de toma pan y moja. Y más cosas que mejor que me callo. Lean y traten de digerir: "Toda alma anhela trascendencia y busca la luz entre tinieblas. Pero, como esperanza, el cristianismo afirma que ese anhelo ya ha sido alcanzado hace dos mil años por un inmortal y glorioso Resucitado de un sepulcro vacío en Jerusalén. Así, el verdadero acontecimiento central en la vida del universo es Jesucristo, su Pasión, muerte y Resurrección, que no son un punto y final, sino el comienzo de un nuevo proceso en el que la humanidad debe implicarse activa y creativamente, para que Él transfigure la naturaleza humana entera y restaure toda la creación". Y si no es cierto, la fiscalía te lo afina.