En Vitoria-Gasteiz nos espera la familia Arnaiz Porras, ganadores de uno de los autodefinidos de nuestra revista IN y que se ha animado a contarnos cuál es su estilo de vida y cómo pasan su tiempo libre. Antonio Arnaiz, María Antonia Porras y su hija Raquel Arnaiz nos han citado en el bar Cooper antes de ir a su casa.
Nos abren las puertas de la que ha sido su segunda casa durante los últimos 26 años de su vida. Propietarios de este mítico bar de la capital alavesa, se han desprendido de sus llaves antes de que finalizase el año. Confiesan que ha sido duro dar el paso y que, pese a que han disfrutado mucho tras la barra, pasaban más horas entre esas cuatro paredes que en su propia casa, pero ahora les toca al fin disfrutar de una más que merecida jubilación.
Mientras tomamos el café, Raquel nos confiesa que es ella quien hace los pasatiempos y que el último que hizo en el bar fue precisamente el que resultó premiado. Sonreímos sorprendidos ante esta casualidad mientras nos presentan a Hiru, el perro de Ane -la cuñada de Raquel y hermana de Xabi, su novio. Hiru se muestra sumamente obediente y no perdemos la oportunidad de que aparezca en las fotos.
María Antonia -'Toñi', como la llama cariñosamente su marido-, poco a poco va perdiendo la vergüenza inicial, mientras que Raquel y Antonio están más sueltos, quizá por su experiencia cantando en los conciertos que organizaban en el Cooper. Nos aseguran que la música es su pasión. Antonio nos cuenta que desde que se ha jubilado ha empezado a dar clases de guitarra con su yerno, Xabi, en 'Creative Soul', lugar donde también trabaja como profesora de música su hija Raquel.
Ésta, además, como no puede dejar de estudiar, asegura que se ha apuntado a la Escuela de Música de Vitoria-Gasteiz a aprender a tocar la trompeta, mientras recuerda sus inicios como cantante en 'Turboneskak'. María Antonia, por su parte, está prejubilada y nos confiesa, entre otras cosas, que el simple hecho de hacer la entrevista con fotos es un reto superado para ella, ya que siempre ha sido muy tímida, pero le gusta mucho la revista y la ocasión de vivir esta experiencia bien lo merecía.
Estamos en el Cooper, el lugar donde rellenasteis el autodefinido del concurso que nos ha traído hoy aquí a Vitoria-Gasteiz.
-Raquel Arnaiz: ¡Sí! Creo que fue el último que hicimos en el bar antes de dejarlo.
-María Antonia Porras: Sí. Es que nos encanta la revista y los autodefinidos los hacemos todos. ¡Antonio es experto en los sudokus!
¿Qué significan para vosotros estas cuatro paredes?
-María Antonia: Mmmm... Toda nuestra vida. Hace 26 años que abrimos el bar. Antes tuvimos el Goizalde, en la Plaza de Pepe Ubis.
-Raquel: Yo en el bar he estado trabajando desde los 18 años hasta 20 días antes de cumplir los 30, mientras me sacaba la carrera, y lo compaginaba trabajando como camarera de noche en otros bares. Ahora trabajo como profesora de música en la escuela 'Creative Soul' y estoy muy feliz de enseñar a 'txikis'.
¿Por qué le pusisteis el apellido de Gary Cooper?
-Antonio Arnaiz: Por mí. Me gustaba mucho Gary Cooper y una sobrina, Paquita, me dijo que porqué no le ponía su nombre. No quedan ya sus fotos en el bar porque los nuevos dueños las han quitado, pero siguen manteniendo la que está en la entrada con su nombre y su foto.
¿Cuál es tu película favorita de Gary Cooper?
-Antonio: Recuerdo especialmente la de 'Solo ante el peligro' y también me llamó mucho la atención la de 'Dallas, ciudad fronteriza'. Y la que hizo con Sara Montiel. ¿Cómo se llamaba?
-María Antonia: 'Veracruz'.
-Antonio: Eso es. Muy buena película. Como actor me parecía un tipo elegante, aunque reconozco que hay películas suyas que no me gustan.
¿Siempre os habéis dedicado a la hostelería?
-María Antonia: No. Desde que dejé de estudiar no he parado. Anteriormente estuve 14 años trabajando en una tienda de zapatos que se llamaba 'Las tres bés'.
-Antonio: Yo empecé trabajando en una empresa de montaje de bicicletas y ciclomotores y a los 27 años lo dejé porque la empresa empezó a ir mal. Entonces, con un amigo, montamos un bar, y al año y medio él lo dejó y nos lo quedamos María Antonia y yo. Estuvimos allí un tiempo hasta que nos trasladamos a este local que es donde inauguramos el Cooper.
Antonio, en tu caso acabas de jubilarte, y tú, María Antonia, estás a las puertas, ¿de qué forma os ha influido la pandemia en vuestro retiro laboral?
-Raquel: Creo que esos meses que nos encerraron nos sirvieron un poco de descanso, porque pensad que durante años hemos estado, bueno yo menos, por suerte, pero mis aitas sí, trabajando catorce horas al día sin parar en el bar. Nuestra casa era como un apartamento para ir a dormir.
Cuando empezó el confinamiento justo acababas de independizarte, Raquel, ¿cómo viviste este cambio en un momento tan difícil?
-Raquel: Justo me había independizado con Xabi, mi pareja, y no éramos conscientes de lo que estaba pasando alrededor aún. Disfrutábamos del momento de estar en nuestra propia casa, pero luego se me fue haciendo muy larga esta situación de pandemia y tuve problemas de ansiedad. En tres meses engordé 18 kilos.
Se habla mucho ahora de la salud mental, ¿se vio afectada en tu caso a raíz de la pandemia?
-Raquel: Sí. Mi salud mental ya la llevaba bastante regular desde antes y la pandemia me sentó fatal. A mí, que me he metido en mil conciertos, estaba empezando a costarme meterme en tumultos de gente y en sitios muy cerrados. Hoy voy a la Jimmy Jazz con unos colegas a un concierto y sé que me quedaré atrás. Tengo ansiedad social.
-María Antonia: Está visitando a un psicólogo.También arrastra bullying desde pequeña, pero nosotros nos hemos enterado mucho tiempo después porque ella se lo guardaba...
-Raquel: ... para no preocuparos. Si de algo puede servir mi experiencia me gustaría decirle a quienes estén en mi misma situación, que pidan ayuda, que vayan al psicólogo si lo creen necesario y que no se guarden sus problemas. Yo llevo en terapia bastante tiempo. Empecé antes de la pandemia y ahora estoy con una psicóloga que creo que es la definitiva. Es caro ir al psicólogo y, en Osakidetza, cuando necesitas uno, te dan cita para dentro de mucho tiempo. Estamos acostumbrados a ir a donde especialistas cuando nos duele algo, pero cuando nos duele la cabeza por dentro no vamos. Lo de Verónica Forqué me impresionó muchísimo. Siempre la he admirado y me sorprende ver la tasa de suicidios que hay. Es muy 'heavy'.
¿Fue duro para vosotros ver marchar a Raquel de casa?
-Antonio: Sí, claro, aunque en realidad está cerca de nosotros, a tres calles de donde vivimos, así que igual si se hubiese ido más lejos hubiera sido otra cosa (sonríe).
-María Antonia: Fue decisión de Raquel y, a su novio, Xabi, le conocemos desde hace tiempo, así que bien, aunque en realidad estábamos preocupados por la situación del confinamiento en sí más que porque Raquel se fuera.
-Raquel: Sí, a pesar de estar al lado, en el confinamiento a mis aitas sólo les veía en la puerta del bar para coger la compra: huevos, patatas...
Una de las cosas más bonitas es que una de las cosas que más os une son vuestros hobbies, ¿verdad?
-Raquel: Así es. Mi ama y yo vamos juntas a dibujo todos los sábados por la mañana. Así tenemos una mañana para nosotras dos.
-María Antonia: Sí. Es un rato que pasamos juntas ahora que ya no vive aquí con nosotros. Mi madre y mi abuela dibujaban y bordaban muy bien y es por ellas por quienes desarrollé esta afición.
-Raquel: Yo recuerdo que cuando era pequeña tenía siempre la libreta cerca haciendo garabatos mientras hablaba por teléfono con mi abuela.
¿Y qué os gusta dibujar?
-Raquel: A mí edificios de la calle. He empezado a pintar acuarela hace dos meses (nos enseña su cuaderno). Pinto fotos que hace o me pasa mi madre.
-María Antonia: Yo prefiero pintar flores y motivos naturales. Suelo tomar de referencia fotos que saco porque me gusta mucho la fotografía. En mi cuenta de Instagram tengo fotos de flores y calles de Vitoria que saco con el móvil. Y luego pinto también zapatos (ríe).
¿Zapatos? ¡Qué curioso!
-María Antonia: Sí (risas). Como os he contado, trabajé 14 años en una zapatería y recuerdo ver a mi jefe con el muestrario delante dibujando cada zapato de forma magistral.
Otra de las aficiones que os unen es la música...
-Antonio: (Se incorpora de la silla y enciende el tocadiscos para ponernos una canción).
¿Qué es lo que suena?
-Antonio: Es Turboneskak, el grupo de mi hija.
Cantas muy bien, Raquel, ¡menuda sorpresa!
-Raquel: Muchas gracias. Doy clases de canto con Txato Martín, de 'Aldakan' y 'Goizargi Gospel Choir'. Es una persona increíble y ahora, que además somos compañeros de trabajo, es un gusto trabajar con él. Con Turboneskak lo pasé muy bien. Empecé con 16 años y recuerdo mi primer concierto un año después. Con 18 recién cumplidos me fui de gira con 'The Soulbreaker Company' como corista y fue una experiencia increíble.
¿Y habrás cantado en el Cooper, no?
-Raquel: Sí, claro, he tocado en el bar de mis aitas.
¿Cantas en algún grupo ahora?
-Raquel: ¡Qué va! Compongo mis propios temas con la guitarra, pero nada serio. Ahora me he puesto a estudiar trompeta en la Escuela Municipal de Música. Lo elegí porque era un instrumento que me podía permitir y ha sido una suerte poder empezar.
¿Para cuándo entonces tu primer concierto de trompeta?
-Antonio: Todo se verá... cuando llegue yo le acompañaré con la guitarra.
-Raquel: ¡Sí! Porque mi aita está estudiando guitarra ahora en la escuela en la que trabajo.
-Antonio: Sí. Y mi profesor es mi yerno Xabi (risas).
-Raquel: ¡Algo bueno saldrá porque tiene muy buen oído!
-Antonio: El solfeo me cuesta, pero el oído me ayuda.
-María Antonia: A mí me gusta cuando canta y a la vez toca la guitarra, pero en casa practica escondido en una esquina.
-Antonio: Es que soy muy discreto... (risas). No sé si era Tony Ronald, quien explicó que para la gente tímida como él, cuando se subía al escenario le gustaba que le ciegase la luz de los focos para no ver a los espectadores y así cantar como si estuviese solo.
-Raquel: Yo he llegado a vomitar antes de dar un concierto. Subo al escenario con muchos nervios, pero al de dos canciones se me olvida y cuando llega la hora de terminar no me quiero bajar nunca (risas). ¿Recuerdas, ama, los últimos conciertos que organizamos en el bar? Mi aita cantó una versión de 'El lago', de Triana, yo le acompañé y fue súper emocionante. Cuando le escucho cantar me dan ganas de llorar.
Entonces ¡Raquel lleva la música en la sangre!
-Raquel: Sí. Y he tenido la suerte de que mis aitas siempre me han apoyado, desde irme de gira con 18 años o comprarme un equipo de música. En cambio a mi aita le cortaron las alas.
-Antonio: A mí me gustaba mucho cantar y se me daba muy bien. Me encantaba Antonio Molina, el de 'Soy minero'. Recuerdo que me hacían corro en el colegio mientras cantaba y iba a cantar a bares para sacarme unas perras. Entonces, un día, como he dicho, un profesor me escuchó cantar y me grabó unas canciones para llevar a la radio. Desde Radio Popular de Burgos me llamaron, pero mis padres se negaron. Era otra época y yo sólo tenía nueve años. Con deciros que mi madre, cuando fui a la mili, lloró y todo... Y eso que era el cuarto de cinco hijos.
¿Tenéis gustos similares en cuanto a música se refiere?
-Antonio: Sí. Nos gusta la Creedence me gusta mucho...
-Raquel: Camarón, Triana...
-María Antonia: ...Medina Azahara, Joan Báez... A Medina les hemos ido a ver muchas veces. Y recuerdo que fuimos los tres juntos también a ver a la Creedence y a John Fogerty en Ávila. ¡Qué experiencia más bonita!
-Raquel: Y de bandas actuales he visto este año en directo a 'Derby Motoreta's Burrito Kachimba' y a 'Califato ¾'. Son dos grupos andaluces increíbles. Estoy súper agradecida de haber nacido en la familia en la que he nacido. Le agradezco a mis padres toda la cultura que me han dado y también que me han enseñado a esforzarme para conseguir las cosas, a disfrutar de los sitios, a tener un pensamiento crítico...
¿Qué libros tenéis a medias en estos momentos?
-Raquel: El último que he leído se llama 'El evangelio', de Elisa Victoria. Cuenta la historia de una muchacha a la que le toca hacer las prácticas de Magisterio en un colegio muy religioso. Además me gusta mucho leer sobre mujeres que se dedicaron a la educación en la época de la República y uno de mis libros favoritos es 'Historia de una maestra', de Josefina Aldecoa. 'La voz dormida' también me parece una historia preciosa.
-María Antonia: Yo estoy leyendo 'Memorias de la melancolía', de María Teresa León, la mujer de Rafael Alberti, donde cuenta sus vivencias. Me gustan mucho las biografías.
Y cambiando de tema... como lectores de la revista ya sabéis que todas las semanas publicamos dos recetas, ¿cuáles son vuestras recomendaciones?
-Raquel: Pues una amiga, guitarrista del grupo, nos enseñó a hacer kimchi, que es un plato coreano de col fermentada con un poco de picante.
-María Antonia: Me gusta mucho ver series coreanas, como 'Crash landing on you' o 'Mr. Sunshine', y me llamó la atención que en las comidas acompañan todo con kimchi.
-Raquel: Mi ama lo hace y le queda espectacular. Cocina muy bien. Hace migas muy ricas y borda la fabada asturiana, que por algo es asturiana de origen. Si he crecido sana y fuerte es por cómo me ha alimentado.
-Antonio: Sí. La fabada de Toñi está buenísima. Para comer bien yo no necesito salir de casa. Aquí es donde mejor como. Nos gusta salir también, pero en casa comemos espectacular, es que mi mujer cocina increíble...
-Raquel: Mi madre siempre ha cocinado muy bien porque ha tenido el beneplácito de tener a las dos mejores maestras de la cocina que ha podido tener el mundo, que eran su madre, Paca, y su suegra, Maru.
-María Antonia: Bueno, cuando me casé tenía 24 años y no había frito un huevo en mi vida...
-Raquel: ...porque tu madre no te dejaba (risas).
-María Antonia: Sí. Al estar desde los 14 años trabajando, cuando llegaba a casa, mi madre no quería que hiciera nada más. Así que cuando me casé la llamaba todo el rato para preguntarle cómo se hacía esto y lo otro y así fui aprendiendo (risas).
¿Y qué tal te apañas tú ahora sola en casa?
-Raquel: ¿Yo? (Ríen) Me gusta cocinar, pero soy de cocina de trote. Que tengo que trabajar a las tres, pues me hago un cuscús con verduras, una pasta con algo, todo sencillo. Sin embargo, mi pareja cocina muchísimo mejor que yo.
Y para terminar, ¿un sitio al que tengáis ganas de volver o de visitar por primera vez?
-Raquel: Nos gusta mucho ir a Asturias, la tierra de mi madre. Si no hubiera nacido aquí me hubiera encantado nacer en Asturias.
-María Antonia: Soy de un pequeño pueblo de interior, en el concejo de Aller, que se llama Corigos.
-Antonio: A mí me encantaría hacer una ruta por todo el interior del Estado. Por Burgos, Soria, Teruel... son sitios que están cerca y nos los valoramos, pero son muy bonitos. Y como soy natural de Briviesca pues valoro ese paisaje.
-Raquel: Y también nos gusta mucho Andalucía. Los sonidos andaluces nos gustan y he estado viviendo en Málaga, acabo de pasar unos días en Córdoba y este año voy a ir por primera vez a Granada, tengo muchas ganas.
"Raquel y yo vamos los sábados a clase de dibujo y es un rato que pasamos juntas ahora que ya no vive con nosotros"
Nació en un pequeño pueblo de Asturias llamado Corigos hace 61 años, donde pasó toda su infancia. Con 12 años, llegó a Vitoria-Gasteiz cuando sus padres decidieron mudarse a Álava siguiendo los pasos del resto de sus hijos. Al principio lo pasó mal, advierte, ya que ella era feliz en su localidad natal y tenía muchos amigos, pero poco a poco se fue adaptando a su nuevo destino. Además de encargarse de las tortillas y los pintxos del bar Cooper, trabajó durante años en una zapatería. Le gusta hacer ganchillo, fotos y pintar.
"No ha sido fácil que se haya ido Raquel de casa, pero como tampoco se ha ido lejos, lo llevamos mucho mejor"
Después de 26 años en el bar Cooper está disfrutando de su jubilación y, entre otras cosas, a sus 65 años ha empezado dar clases de guitarra en la escuela 'Creative Soul', donde su hija es profesora. Le da clases Xabi, su yerno, y asegura que pese a tener buen oído, le está costando, pero algún día, asegura, dará un concierto con su hija. Nació en Briviesca y a los 16 años llegó a Vitoria-Gasteiz con toda su familia. Entre las anécdotas de su infancia recuerda que con diez años le quisieron llevar a Radio Popular de Burgos a cantar, pero sus padres no le dejaron.
"He trabajado en el bar de los 18 años hasta casi cumplir los 30, pero ahora soy profesora de música para 'txikis'"
Esta vitoriana de 30 años es la hija de Antonio Arnaiz y María Antonia Porras, propietarios del bar Cooper los últimos 26 años en Vitoria-Gasteiz. Ella ha trabajado como camarera en el negocio familiar y en salas de música hasta hace unos meses, que ha empezado a ejercer como profesora de música en la escuela 'Creative Soul', donde se encarga de enseñar a los más 'txikis'. Además, ha empezado a estudiar trompeta en la Escuela de Música de la capital alavesa y entre otras cosas, ha sido la cantante del grupo de música 'Turboneskak'.