Tener a la naturaleza de nuestra parte en la batalla contra el cambio climático es esencial, desde los animales hasta las plantas. Y eso es algo que la ONU defiende desde hace tiempo. Y es que en un artículo titulado Biodiversidad: nuestra defensa natural más fuerte contra el cambio climático, la Organización de las Naciones Unidas ya destacaba que “la conservación y restauración de los espacios naturales, tanto en la tierra como en el agua, es esencial para frenar las emisiones de carbono y adaptarse a un clima ya cambiante. Alrededor de un tercio de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que se necesita en la próxima década podría lograrse mejorando la capacidad de la naturaleza para absorber las emisiones”, explican.
Y es que tenemos que cuidar nuestra biodiversidad, dando la posibilidad a animales y plantas de crecer libres. Y de eso sabe sobradamente Leticia Rodríguez de la Fuente, hija del legendario Félix Rodríguez de la Fuente, que se ha convertido en pionera en el Estado español al crear una granja de flores ecológicas. Ella reconoce que siempre le han gustado las plantas y las flores, y en su libro Tocar tierra habla de algunos momentos vividos en su infancia que han sido como epifanías de su amor por la naturaleza y por la floricultura.
“Cuando estás entregada a algo, te dejas llevar por el trabajo, y te fundes con lo que haces”
Ahora dedica su vida a cultivar flores, porque reconoce que su pasión por las flores le cogió “por sorpresa, y lo descubro por necesidad. Ahora, retrospectivamente, me doy cuenta de que también era una necesidad vital”, explica con cariño. Y cuando sus manos tocan la tierra para trabajarla, para cultivar, siente “una paz increíble. Fluyo. Yo desaparezco”, reconoce, ya que explica que “cuando estás entregada a algo, cuando te dejas llevar por el trabajo, te dejas llevar por la tierra en mi caso, y te fundes con lo que estás haciendo”.
Aunque no solo el campo está repleto de flores. Las ciudades también pueden albergar vida, desde un balcón a una ventana, o un hogar rebosante de plantas, macetas y aromas, un oasis en el interior del trajín de la vida diaria. “Estás solo con tus plantas, y hay una quietud, una tranquilidad, es una pausa en el ajetreo de la vida”, explica Rodríguez de la Fuente.
Granja ecológica
Y, ¿cómo se llega a convertir alguien en pionero en crear una granja de flores ecológica? Rodríguez de la Fuente resalta que la industria de la flor es una industria y como tal “la flor es un objeto de consumo que tiene que dar una rentabilidad. El trato que se le da para maximizar esa rentabilidad es muy diferente al que le damos en una granja de cultivo orgánico, donde se vende lo que produces, pero la actitud es como la diferencia a lo mejor entre producir en serie en una fábrica o la artesanía. Lo nuestro es un trabajo artesanal”, resume.
Y además lo hacen sin forzar la floración fuera de su época, sin utilizar fertilizantes artificiales ni fungicidas industriales, y dan valor a la tierra por encima de todo. “Si quieres abonar la tierra con fertilizantes industriales es pan para hoy y hambre para mañana. La tierra que fertilizas con fertilizantes industriales da un resultado inmediato, y unas plantas que producen flor estupendas, pero ese fertilizante lo que está haciendo es esquilmar esa tierra. Le está restando su capacidad para encontrar el equilibrio y para estar fertilizada naturalmente”, reconoce, al tiempo que subraya que esto es “muy problemático. A medio-largo plazo te estás cargando esa tierra”.
Las claves
Animales. Hay algunas plantas con las que hay que tener especial cuidado si se tienen animales. Es el caso, entre otras, del ranúnculo o de las peonías silvestres.
Desmontando un mito. Durante años hemos escuchado que es peligroso dormir en una habitación rodeados de plantas, algo que la ciencia ha desmentido.
Detalle. Según la ONU, cerca de un tercio de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que se precisa en la próxima década podría hacerse mejorando la capacidad de la naturaleza para absorber las emisiones.
Personal
Nacida el 7 de marzo de 1969 en Madrid, es hija del legendario naturalista y divulgador ambientalista Félix Rodríguez de la Fuente, realizador de programas como El hombre y la tierra.
Pionera en desarrollar una granja ecológica de flores en el Estado español, reconoce que ha heredado el amor y el respeto por la naturaleza.
‘Tocar tierra’
En su libro Tocar tierra, Rodríguez de la Fuente nos invita a acompañarla en un recorrido por esta granja de flores, mientras nos aporta consejos para aprender a cultivar, a hacer ramos o centros de flores, y conocer las ventajas de cada tipo de flor al tiempo que aprendemos a distinguirlas y a apreciarlas.
Las flores son las auténticas protagonistas de un libro bellamente ilustrado en el que ella misma reconoce que “como soy jardinera, aparte de floricultora, mi tendencia es la de naturalizar (dejar libres) el mayor número de plantas con las que trabajo”. En Tocar tierra empieza una aventura que nos trae de vuelta a la naturaleza.