La sostenibilidad se ha convertido en un eje central de las operaciones de Sainsa, una empresa dedicada a la extracción y comercialización de áridos. Consciente del impacto ambiental que puede generar la minería, la compañía ha decidido reforzar sus políticas de gestión sostenible, adaptando sus procesos a los retos medioambientales actuales y futuros, y contribuyendo activamente a la restauración de ecosistemas.

Para poder desarrollar su actividad día a día cumpliendo este objetivo, Sainsa tiene implantado un programa de control y vigilancia ambiental, no solo según lo establecido por la legislación que le es de aplicación, sino también de acuerdo con sus propios compromisos y objetivos.

Este programa ambiental establece los controles necesarios para realizar el seguimiento de los parámetros de calidad ambiental, lo que permite verificar el grado de cumplimiento y la implantación inmediata de las medidas preventivas y correctoras cuando es necesario.

El desafío de la descarbonización

Uno de los principales desafíos que ha asumido Sainsa es la descarbonización de su actividad minera, un paso esencial en la reducción de las emisiones de gases contaminantes. Este proceso de transformación implica en primer lugar conocer su huella de carbono para poder sustituir progresivamente los equipos tradicionales por otros más eficientes y de menor huella de carbono, alineándose con los objetivos de sostenibilidad globales. El objetivo es minimizar el uso de combustibles fósiles y, con ello, contribuir a la lucha contra el cambio climático desde el sector minero.

Sin embargo, el compromiso de esta empresa no se detiene en la reducción de emisiones. La restauración de ecosistemas es otro de los pilares fundamentales de su estrategia de sostenibilidad medioambiental. La empresa ha decidido adoptar un enfoque más proactivo en este ámbito, adaptando los plazos de intervención según las necesidades en la recuperación de las áreas explotadas.

En lugar de limitarse a restaurar la flora local, Sainsa se enfoca en una rehabilitación integral, que busca devolver la biodiversidad a los terrenos afectados y fomentar un equilibrio ecológico duradero.

“No se trata de echar tierra vegetal y plantar árboles siguiendo el proyecto de restauración aprobado en su día. Estamos desarrollando proyectos de colaboración impulsando una restauración que busque poner en valor la flora y la fauna protegida, los elementos de interés geológico, que en ocasiones son generados por la propia actividad minera, creando espacios que generen una mayor biodiversidad, o favoreciendo la presencia de especies vegetales que proporcionen un valor añadido, como puede ser la presencia de polinizadores, entre otros” explican desde la empresa.

Además de estos esfuerzos, Sainsa está impulsando la producción de áridos reciclados, una práctica que ayuda a disminuir tanto la extracción de recursos naturales como la generación de residuos. Este enfoque no solo reduce la huella ambiental de la empresa, sino que también favorece la economía circular, un modelo que cada vez cobra mayor relevancia, especialmente en la industria de los materiales de construcción.

Compromiso también social

Su compromiso se extiende también al ámbito social. La empresa ha implementado diversas medidas para garantizar la salud y el bienestar de sus trabajadores, conscientes de que una mina sostenible también debe ser un lugar seguro y saludable para quienes operan en ella.

“Colaboramos con las asociaciones de empresas de áridos para desarrollar e implementar las mejores prácticas de salud laboral en las minerías, mejorando las condiciones de trabajo en cuanto a calidad de aire, ruidos, etc. y buscando siempre minimizar los accidentes”.

Otro de los ejes de la sostenibilidad social en Sainsa es su apuesta por la creación de empleo local. En zonas rurales donde la despoblación es una realidad creciente, la compañía se esfuerza por generar oportunidades laborales que permitan a las personas continuar viviendo en sus comunidades. Esta política no solo ayuda a combatir el éxodo rural, sino que también dinamiza las economías locales, fortaleciendo el tejido social y económico de las regiones donde opera la empresa.

La combinación de sostenibilidad ambiental y social es clave para el modelo de negocio de Sainsa. La compañía ha entendido que la minería del futuro debe ser compatible con el respeto al medio ambiente y el desarrollo de las comunidades locales. En este sentido, sus esfuerzos en descarbonización, restauración de ecosistemas y fomento del empleo local son pasos decisivos hacia una industria minera más responsable, más sostenible y más comprometida con las generaciones futuras.