No se puede mirar al futuro en el sector vitivinícola sin cuidar la responsabilidad social y la sostenibilidad de los viñedos y las familias que trabajan en ellos. Esa es la convicción de Juan Luis Cañas para el futuro de esta bodega de la Rioja Alavesa.

La responsabilidad social corporativa y la recuperación de variedades históricas se han convertido en pilares para garantizar la sostenibilidad del viñedo y afrontar los desafíos del futuro. En un contexto donde la viticultura enfrenta los efectos del cambio climático y la presión económica, el enfoque de la bodega se centra en la colaboración entre bodegueros y agricultores, lo que, según Cañas, es clave para asegurar un modelo de negocio viable y sostenible. Y una de las bases es la formación continua de todos los implicados en el proceso productivo, desde los viticultores hasta los empleados de la bodega.

Imagen de unos viñedos de Bodega Luis Cañas

Formación para un futuro sostenible

Para Cañas, esta educación es vital no solo para implementar prácticas más sostenibles, sino para preservar los viñedos a largo plazo. “El futuro de nuestra bodega y de las familias que nos venden uva tiene que ser estar juntos y unidos para que luego nuestros hijos y nuestros nietos, dentro de 15, 20, 30 años, sigan siendo sostenibles en la comarca”, comenta Cañas. Para conseguirlo, añade, es necesario pagar un precio justo por la uva, para que esta actividad sea rentable para todos. “A veces, el precio justo se queda corto, lo que buscamos es que sea rentable para todos”.

La sostenibilidad también juega un papel clave en las prácticas agrícolas de la bodega. Bodegas Luis Cañas fomenta el uso de tratamientos ecológicos que no solo buscan reducir el impacto ambiental, sino también preservar el paisaje y la biodiversidad local.

“No vale cualquier cosa”, afirma Cañas, “tiene que ser un tratamiento ecológico, de defender el paisaje y el territorio que tenemos”. Estas medidas, además de mejorar la calidad de la uva, son fundamentales para mantener un equilibrio entre la producción y el cuidado del entorno natural.

“En 1912 existían más de 40 variedades cultivadas en Rioja, y hoy en día en la práctica podemos hablar de que solo hay un monocultivo de tempranillo”

Raíces para el futuro

En esta apuesta por un modelo vitivinícola más sostenible, uno de los proyectos más ambiciosos de la bodega ha sido la recuperación de variedades históricas que habían caído en el olvido con el proyecto Raíces para el futuro.

“La idea es frenar el fenómeno de la erosión genética”, señala Cañas. “En 1912 existían más de 40 variedades cultivadas en Rioja, y hoy en día en la práctica podemos hablar de que solo hay un monocultivo de tempranillo”. Desde 2016, trabajan en la identificación y estudio de cepas que, en algunos casos, tienen más de un siglo de antigüedad.

Juan Luis Cañas explica el proyecto de recuperación varietal de Bodegas Luis Cañas

Juan Luis Cañas explica el proyecto de recuperación varietal de Bodegas Luis Cañas DNA

Entre estos descubrimientos destaca la cepa benedicto, madre del tempranillo, que abre nuevas posibilidades para la adaptación de los vinos a las condiciones actuales del mercado y de cambio climático.

“Hemos identificado 167 biotipos de tempranillo, que hemos multiplicado y plantado en nuestra reserva de germoplasma, para asegurar la variabilidad genética de esta variedad, buque insignia de nuestra comarca, y mantener toda la diversidad de la variedad en nuestras nuevas plantaciones”.

“Si no se paga bien la uva, estos viñedos se destruyen. Lo más importante no es la bodega sino el territorio”

Esa sostenibilidad también es extensible al modelo económica y social. Cañas es un firme defensor del minifundismo, un modelo agrícola que prioriza las pequeñas explotaciones. Este sistema es esencial para mantener el tejido socioeconómico de la región y evitar el éxodo rural. “Si no se paga bien la uva, estos viñedos se destruyen”, advierte, enfatizando que la colaboración entre bodegueros y viticultores es crucial para la supervivencia del sector.

Además, el viñedo viejo no solo es una fuente de diversidad genética, sino también un testimonio histórico que debe ser protegido. “Tenemos que cuidar estos viñedos porque son los que nos pueden decir qué tipo de camino debemos tomar en el futuro”, afirma Cañas. Si se abandonan o se reemplazan por nuevas plantaciones, se perdería una parte importante de la identidad vitícola de la región, algo que para él es impensable.

Rubén Jiménez habla del gran proyecto de la familia Luis Cañas

Rubén Jiménez habla del gran proyecto de la familia Luis Cañas DNA

El compromiso de Bodegas Luis Cañas con la sostenibilidad, la calidad y la responsabilidad social no se limita a la elaboración de vinos de alta calidad. Su visión a largo plazo busca garantizar un legado que beneficie tanto a las generaciones actuales como a las futuras.

Al trabajar estrechamente con las familias viticultoras y promover una viticultura ecológica, la bodega está construyendo un modelo que no solo responde a los retos actuales, sino que también anticipa los desafíos venideros. “Lo más importante no es la bodega, sino el territorio”, concluye Cañas.