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¿Es seguro echar agua hirviendo por el fregadero? Los expertos tienen la respuesta

Hacer este movimiento tan frecuente en la cocina es mucho más común de lo que pensamos, pero conlleva una serie de consecuencias

¿Es seguro echar agua hirviendo por el fregadero? Los expertos tienen la respuestaPexels

Una de las tareas más frecuentes en la cocina, sobre todo después de hervir ciertos alimentos, lo más normal es volcar la cazuela y echar directamente ese agua caliente por el fregadero. A pesar de que a simple vista parece un gesto más, lo cierto es que no es tan sencillo como a simple vista parece. 

Es más, el agua, a esas temperaturas tan extremas, puede ser un motivo de desgaste para las tuberías que muchas veces pasa desapercibido. Por eso mismo, hay que entender muy bien qué consecuencias tiene este proceso en el medio-largo plazo. 

¿Qué sucede en las tuberías?

En principio, echar el agua hirviendo por el desagüe de vez en cuando no tiene consecuencias graves. Según los expertos, el problema viene cuando esta acción se convierte en una costumbre: puede estropear las tuberías y deformarlas, e incluso provocar fugas o roturas 

Por si fuera poco, en casas antiguas, la diferencia térmica puede provocar grietas y otras imperfecciones como las que hemos mencionado antes, además de afectar a los tramos ocultos que hay detrás de los suelos y las paredes.

Y no solo el sistema de tuberías: las paredes y otras estructuras internas se pueden ver afectadas por el agua hirviendo. Como es de suponer, los especialistas indican que esto implica un gasto económico muy alto que afecta al funcionamiento de la vivienda

Esto significa que, aunque no sea un gesto muy peligroso como tal, arrojar agua hirviendo por el desagüe puede ser fatal para los conductos, de ahí que actuar con cautela sea la mejor solución posible y así ahorrarse sustos en la fontanería de la casa

Echar agua hirviendo por el fregadero puede ser fatal para las tuberías

La composición de las tuberías, un factor más 

Muchas tuberías de aguas residuales, que están compuestas de PVC (Policloruro de Vinilo), tienen un punto débil: la resistencia al calor. De hecho, se mantienen en buen estado hasta los 60 °C, y a partir de más temperatura pierden su estabilidad por completo. 

También hay otras alternativas, como el PVC-C (cloruro de polivinilo), muy frecuente en el terreno industrial y que aguanta hasta los 90 °C. Sin embargo, este tipo de tuberías puede sufrir más de lo normal cuando entra en contacto con el agua a 100 °C.

En cualquier caso, hay que prestar atención y pensárselo dos veces antes de verter el agua, fijándose en el material del que están construidas las tuberías y así tomar las medidas necesarias para evitar cualquier tipo de destrozo en ellas.

Un fontanero trabaja en el mantenimiento de la tubería de una fregadera.

Alternativas más seguras

Una de las medidas más eficaces que hay es dejar que el agua caliente se temple durante unos minutos antes de echarla. De esta forma, la temperatura irá bajando de forma natural y evitando que el material de las tuberías se deforme por completo. 

También se pueden mezclar agua caliente y fría dentro del mismo recipiente para que el líquido pierda calor. Con este paso, el proceso será más seguro a la hora de echar el agua por el fregadero, todo ello sin necesitar herramientas especializadas para ello. 

Asimismo, el agua hirviendo se puede reutilizar para otras tareas domésticas como, por ejemplo, limpiar la cocina, utensilios o sacar brillo a superficies con grasa, entre muchos otros usos. Por lo tanto, todo es adaptarse a los recursos disponibles y utilizarlos a conveniencia.