Con el paso del tiempo, las correas de las persianas se ennegrecen. Acumulan polvo, moho, suciedad, humedad, sudor... lo cual termina haciendo que pierda ese color blanquecino que lucía en su origen. Por ese motivo, y tal y como afirma el dicho, más vale prevenir que curar. Y qué mejor manera de hacerlo que tomando medidas para que este elemento del hogar no pierda su tono original.

Lavarse la manos antes de manipular las persianas o limpiar sus correas con un paño húmedo y detergente suave de manera de regular son dos de las medidas más fáciles y prácticas para llevar a cabo un buen mantenimiento de este elemento y alargar su vida útil.

Eso sí, cabe la posibilidad de que ya sea demasiado tarde y de que la correa ya haya cogido ese tono ennegrecido que tan poco gusta. De ser así, hay un método con el que se consigue eliminar esa suciedad en muy pocos minutos.

Las persianas de un hogar Freepik

Limpia la correa de la persiana en 5 pasos

Para limpiar la correa negra de una persiana, se necesita un detergente suave o jabón líquido, agua tibia, un paño suave o una esponja, un cubo o recipiente grande, una toalla limpia y un cepillo de dientes.

Prepara la mezcla

El primero de los pasos que hay que seguir es llenar un cubo o recipiente con agua tibia, añadir una pequeña cantidad de detergente suave o jabón líquido y mezclar bien los ingredientes hasta que haga espuma.

Desmonta la correa

Después de mezclar el agua tibia con el jabón, lo siguiente que hay que hacer es desmontar la correa de la persiana para facilitar la limpieza. Para hacerlo, es fundamental consultar el manual del fabricante, pues cada persiana y cada diseño es diferente.

Limpia la correa

Una vez se haya desmontado la correa, el siguiente paso, y el más importante, es limpiar la correa. Para ello, hay que mojar un paño suave o una esponja en la mezcla que se ha preparado previamente y frotar suavemente la correa con el paño o esponja. Al hacerlo, prestar especial atención a las áreas más sucias.

En caso de que se observe que hay suciedad persistente o acumulaciones difíciles de eliminar, lo recomendable es utilizar un cepillo de dientes viejo para frotar suavemente sobre esas zona. Es importante no hacer excesiva fuerza para no dañar el material de la correa de la persiana.

Enjuaga y seca la correa

Después de pasar el paño suave o cepillo, hay que humedecer otro paño limpio con agua tibia y pasarlo por la correa para eliminar cualquier residuo detergente. Secar la correa con una toalla limpia para eliminar el exceso de agua y dejar que la correa se seque completamente antes de volver a colocarla.

Vuelve a colocar la correa

Tras comprobar que la correa está seca, es momento de reinstalarla en la persiana siguiendo las introducciones del fabricante.

Un salón con persianas venecianas. Pixabay