¿Puede una economía industrial ser también neutra en carbono? Álava quiere demostrar que sí, y ya ha empezado el camino. La Diputación Foral, a través del Departamento de Desarrollo Económico y Sostenibilidad, ha iniciado un ambicioso proceso para acompañar a su tejido empresarial en la transición hacia una economía neutra en carbono. Este proceso, articulado en torno a la futura “Hoja de ruta para la descarbonización de los sectores productivos de Álava”, busca no solo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también fortalecer la competitividad del territorio.
La descarbonización de la economía, una responsabilidad de todos
La iniciativa se encuentra alineada con los objetivos de la estrategia Klima Araba 2050 y responde a un diagnóstico claro: el transporte, la industria y la energía concentran el grueso de las emisiones alavesas. En concreto, y según datos de 2019, el transporte representa un 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el territorio, seguido por la industria (18%) y la energía (17%).
Ante este escenario, la Diputación ha diseñado un plan participativo, que arrancó en octubre de 2024 con el objetivo de implicar a empresas, instituciones, clústeres y agentes tecnológicos en un esfuerzo colectivo. “El camino hacia la descarbonización de nuestra economía debe hacerse de la mano”, señala la diputada foral de Desarrollo Económico y Sostenibilidad, Saray Zárate. “Promover el autoconsumo energético en el sector económico es fundamental para avanzar. Desde la Diputación estamos acompañando a las empresas porque es imprescindible para su competitividad presente y futura”.
Álava impulsa una hoja de ruta para descarbonizar su economía y reforzar la competitividad empresarial. La Diputación Foral apuesta por alianzas y energías renovables como eje de su transición energética.
Hoja de ruta hacia 2040: objetivos, acciones y financiación verde
Hasta la fecha, se ha definido un plan de trabajo, se ha diagnosticado el estado energético de las empresas y se han iniciado talleres con agentes del sector. El resultado será una hoja de ruta con horizonte en 2040, estructurada en objetivos, líneas de acción y planes sectoriales específicos. Entre las prioridades figuran la mitigación de emisiones, el impulso de energías renovables, la adaptación empresarial al cambio climático y la financiación de proyectos sostenibles.
Pero la hoja de ruta no es el único frente. La Diputación ya ha lanzado iniciativas concretas, como un estudio para instalar sistemas de autoconsumo energético en polígonos industriales forales, la promoción de cooperativas energéticas y la evolución del programa de ayudas Álava Innova hacia Álava Innova-Descarboniza.
Incentivos fiscales y apoyo técnico para empresas alavesas
En paralelo, la reforma fiscal aprobada recientemente introduce mayores incentivos para prácticas sostenibles, reforzando el uso de energías limpias, la economía circular y la reducción de residuos. Además, la Oficina de Transformación Comunitaria (OTC), con presencia itinerante en las Cuadrillas alavesas, asesora a colectivos y entidades en la creación de comunidades energéticas.
A día de hoy, una decena de grupos ya ha iniciado proyectos de generación de energía renovable gracias a este apoyo. “Están aprovechando los servicios de la OTC para impulsar proyectos de generación propia de energía”, apunta Zárate.
La descarbonización no es solo una obligación ambiental, es una oportunidad estratégica. La reconversión de los procesos industriales y la adopción de tecnologías limpias pueden posicionar a Álava como un polo de innovación en sectores como la movilidad eléctrica, la eficiencia energética o el hidrógeno verde. Estos cambios pueden traducirse en empleo de calidad y nuevas cadenas de valor vinculadas a la economía verde.
Además del impacto ambiental positivo, la hoja de ruta podría suponer una revitalización industrial y una modernización del tejido empresarial alavés. El acceso a financiación europea, las nuevas exigencias normativas y el avance de la conciencia climática están generando un entorno donde innovar es también una necesidad competitiva. En este sentido, las alianzas público-privadas se revelan como una herramienta fundamental para acelerar procesos y garantizar que la transformación llegue a todos los sectores, incluyendo pymes y economía social.
Álava no parte de cero, pero el reto es mayúsculo. Para lograr una descarbonización efectiva, el compromiso debe ser transversal. Y en este sentido, la Alianza por la descarbonización —red de agentes implicados en la hoja de ruta— será clave. Lograr una economía sin carbono exige compromiso y colaboración de instituciones, empresas y, sobre todo, la ciudadanía, que tiene un papel clave en este proceso colectivo hacia un futuro más sostenible.