La vida le sonríe a la beratarra Nerea Sorondo. A sus 38 años, la tres veces campeona de Euskal Herria y, desde el pasado 11 de julio, cuatro veces campeona de Navarra, disfruta de la plenitud que otorga la madurez deportiva. Aunque admite que desde hace un tiempo le cuesta más tiempo recuperarse tras un gran esfuerzo, sigue siendo la más rápida con la aizkora. En la plaza de los Fueros de Pamplona volvió a mostrar su poderío al imponerse a Uxue Ansorregi, igual que en 2024, en el campeonato navarro. “La edad me ha dado más confianza en mis posibilidades, pero también más tranquilidad. Gane o pierda, me tomo las cosas de otro modo”, cuenta Sorondo en un descanso en su jornada laboral como asistenta domiciliaria de personas dependientes.
Sorondo ha obtenido la plaza de funcionaria después de cubrir sustituciones durante ocho años. Por fin goza de una estabilidad profesional que le permite compaginar el trabajo con su carrera deportiva. Cuando trata de expresar lo que para ella significa ser aizkolari se le hincha el corazón. No es un deporte cualquiera. Es otra cosa. Amor a primera vista. Un flechazo. “Yo es que amo la aizkora”, expresa. En los últimos años Nerea reconoce que el nivel ha subido porque las nuevas generaciones vienen apretando fuerte. “Me encuentro bien, estoy en un buen momento, pero cada vez hay mejores aizkolaris”, afirma. Entre las jóvenes valores destaca a Laiene Pikabea, de Ereñotzu, que a sus 21 años se proclamó por primera vez campeona de Urrezko Aizkora el pasado mes de marzo.
En una entrevista que concedió a la revista Argia hace cinco años, la aizkolari navarra sostuvo que las mujeres aún no habían llegado a lo más alto en los herri kirolak. ¿Sigue pensando lo mismo? “Sí, todavía nos faltan pasos por dar”, responde. Ella no es la mayor del circuito -la incombustible Maika Ariztegi, de Ituren, tiene 53 años-, pero tampoco es ya aquella joven que con 25 años descubrió un mundo nuevo después de haber destacado como trontzalari formando pareja con Amaia Gartzia. “Mientras pueda seguiré compitiendo, pero no dependerá de los resultados. No estaría bien dejarlo cuando empiece a perder un campeonato tras otro”.
Disciplina y fortaleza
Si ha llegado a la cima del deporte no es porque esté hecha de otra pasta. Admite que siempre ha sido fuerte, pero entrena duro y es una persona profesional y disciplinada. Se sigue ejercitando bajo las órdenes del experimentado aizkolari y harrijasotzaile de Arantza Patxi Larretxea. Entrena dos o tres días a la semana y en verano se le amontona el trabajo: raro es el fin de semana que no acuda a alguna exhibición deportiva en nuestros pueblos. La última edición del Ramón Latasa Saria, que se celebró ayer 9 agosto en el frontón de Sunbilla, es uno de los platos fuertes entre aizkolaris y harrijasotzailes. Nerea participó esta vez en la competición de aizkora femenino junto a Laiene Pikabea.
De su municipio destaca la animada vida cultural y que se haya convertido en una gran cantera de músicos vascos: Petti, Joseba Irazoki y Joseba B. Lenoir, entre otros, son de Bera. Hace nueve años, en las fiestas de San Esteban de la localidad navarra lanzó el txupinazo, acompañada de la trontzalari Amaia García. Se siente querida y valorada entre los suyos, pero al mismo tiempo, admite que siente envidia al ver cómo en otras localidades como en la vecina Lesaka los herri kirolak tienen un mayor protagonismo. Pero no es una queja. Ella ya ha llegado lejos. La aizkolari se acerca a los 40 años en un momento muy luminoso.