Cocinar unos calçots en una barbacoa, doblarlos por la mitad y montar un sándwich con una untuosa salsa romesco, añadirle queso y un puñado de rúcula por encima. No parece la manera más ortodoxa de preparar la popular cebolla alargada que hace furor en Catalunya, pero Ainara López (Donostia, 45 años) decidió, junto al creador de contenidos gastronómicos San Sebastián Foodies, que lo iba a hacer así.
“Quizás no seamos los más puristas, ni los más rigurosos. Lo que sí somos es libres, disfrutones y finalmente muy felices cada vez que zampamos cosas tan buenas como estas. No renuncies jamás al disfrute”, escribió en el post de Instagram que acompaña al vídeo.
Ainara reconoce que un puñado de haters se suelen asomar por su cuenta (@ainaralo) cada vez que se sale del canon imperante. Nada nuevo entre el público más conservador e inmovilista. “Uno de los lugares más libres que conozco es la cocina. Es un espacio de libertad. Puedes hacer cualquier cosa.
Nunca he podido soportar a aquellos que señalan con el dedo inquisidor que, por ejemplo, no se le puede echar piña a la pizza o chorizo a la paella”, afirma esta mujer que se expresa con soltura y determinación, y que se define con tres acepciones: creadora de contenido, alma de cocinera y corazón de panadera.
¿Cómo llega alguien a vivir dignamente de generar contenido y mostrárselo a sus seguidores en las redes sociales? “Lo principal, aparte de tener conocimiento, es saber transmitir”, responde López. “Yo sé mucho de cocina, llevo toda la vida cocinando, pero no funciona cualquier cosa”, añade.
También hay que ser muy constante y trazar un plan. “Pero tiene que ser un plan factible y que lo puedas cumplir a rajatabla”, subraya. Algunos platos se le ocurren de noche, de ahí que tenga un boli y una libreta en la mesilla por si se desvela y surge la inspiración.
“Me pasa un poco como en la serie de Gambito de Dama”, bromea Ainara, donde su protagonista, Beth, tiene unas alucinaciones en las que imagina jugadas de ajedrez en el techo de su habitación. En una de esas noches inspiradoras, a López se le ocurrió un plato de risotto de espinacas acompañado de bacalao al pil pil.
Su idilio con los fogones comenzó a una edad muy temprana, a los 8 años. Su padre acababa de fallecer y empezó a cocinar para su familia subida a una banqueta. Según cuenta en su página web, ainaralo.com, para animar a su madre “le ponía el menú diario escrito en una carta y se lo presentaba antes de comer”. Ella es autodidacta.
Estudió Magisterio y durante mucho tiempo encadenó trabajos en el hotel María Cristina, un obrador, en comercio, dando clases… Mandaba recetas por WhatsApp a su círculo más íntimo, amistades y familiares. Luego abrió un blog de cocina por una cuestión “práctica”; ya no estaba obligada a enviar sus creaciones a todos y cada uno de sus contactos.
Y llegó la pandemia. El encierro fue su particular punto de inflexión: apoyada por los suyos, abandonó su trabajo, ideó una estrategia y, pese a las adversidades, le ha salido bien el salto a las redes sociales. Hace lo que quiere. “Trabajo desde casa. Tengo una hija y los horarios muy apretados, pero dentro de esta locura es algo que me gusta. La gastronomía y la enseñanza me entusiasman y gracias a la redes puedo compaginar ambos mundos”, concluye.
Perfil Digital
En noviembre de 2023 alcanzó los 50.000 seguidores en Instagram. Ahora son más de 82.000. La comunidad de fans crece de manera sostenible; sin prisa pero sin pausa. Todos los lunes y jueves Ainara López sube una nueva receta. Sin excepción. Lo compara con una serie de televisión: “Si acostumbras a la gente a unas fechas determinadas es más fácil que se enganchen y te sigan”, dice.
La variedad y riqueza de sus platos es tal que prácticamente viaja por los cinco continentes con sus creaciones: tacos mexicanos, samosas indias, pizzas, galette de albaricoques… En TikTok también cuelga sus vídeos, donde siguen sus elaboraciones más de 20.000 personas.
Libertad
La cocina es para Ainara López, “un espacio de libertad donde puedes hacer cualquier cosa”.
Constancia
Es la clave de su éxito, reconoce, y aconseja tener “un plan factible y que puedas cumplir a rajatabla”.
8 años
Fue la edad a la que empezó a cocinar para su familia y lo hacía subida a una banqueta, recuerda.
