Kiko Hernández enseñó hace una semana en la revista Diez minutos su nuevo hogar, un enorme chalé de 700 m² y 3.000 m² de parcela con siete habitaciones, siete baños, un gran jardín y una piscina cubierta. Y un valor de mercado de 2,5 millones de euros. Todo ello dentro de una exclusiva urbanización privada con control de acceso y seguridad, a las afueras de Madrid y con vecinos del nivel de Penélope Cruz, David Bisbal o Rocío Carrasco.

Por supuesto, como cualquier otra ostentación que se hace en las revistas, ha despertado críticas, algunas de ellas bastante duras, a cargo de diseñadores invitados por Sálvame y por los propios colaboradores del programa. Y el exconcursante de Gran Hermano, como acostumbra, no se ha quedado callado. En primer lugar, ante las acusaciones de tener muebles baratos.

“Presumo de no tener nada bueno, porque prefiero gastármelo en otras cosas y no en muebles. Yo prefiero tener una casa buena pero los muebles, los que me gusten, sean cómodos y se puedan romper mañana sin que me duela”, aseguró Kiko Hernández, que comenzó cargando contra Lydia Lozano, quien le puso de nota un 5 a su nueva casa. “Lydia, he estado muchas veces en tu casa y el baño de abajo de tu casa olía a tubería”, sentenció.

También quiso explicar por qué no retiró el hule de la mesa de la cocina ni los champús del baño para el reportaje fotográfico. “El hule no lo quito porque no me da la gana. Mi casa es como es por la mañana, por la tarde y por la noche, yo no voy a engañar a nadie. Porque me gusta un buen hule, y porque en el hule puedes merandar, se te cae el colacao, la tostada y no se estropea la mesa. Y no quito los champús cuando llega el fotógrafo porque sería engañar”.

Duro ataque a Gustavo González

Una de las respuestas más duras se la llevó Gustavo González, que también puso una mala nota a la casa. “A Gustavo González, que no te gusta mi casa ni por fuera ni por dentro: que lo digas tú que te pones unos calcetines rosas horrorosos, que te pones camisetas cuatro tallas menos pese a la barriga que tienes, que un día van a reventar, que he estado en tu casa y huele a coliflor, que tus muebles son una auténtica mierda, como tu tele y tu casa”.

Sobre Carmen Alcayde, aseguró que “se mete conmigo para que le traigan más días”. Y añadió: “¿Por qué te llaman mofe? Que lo explique, igual por el olor...”.

Kiko fue poco a poco enfadándose más, hasta acabar gritando. “Podéis comentar mi casa, me encanta que deis caña, pero luego puedo yo venir y repartir hostias. ¡Anda ya! Que luego a las ocho me voy a mi casa y me baño en la piscina climatizada".