Deberíamos dejar de usar la expresión me importa un rábano en su sentido de no me interesa, y darle la vuelta a lo contrario y que sea algo de gran valor. El rábano es una hortaliza de la familia de coliflor, el brócoli, el nabo, el berro o la col de bruselas, y que a diferencia de ellas se aprovecha la raíz. Cuenta con una serie de cualidades beneficiosas para la salud que la hacen muy especial. Su alto contenido de agua la hacen muy hidratante, además de que su baja cantidad de calorías la convierten en ingrediente de pleno derecho en dietas de adelgazamiento. El rábano además es rico en minerales como el potasio, magnesio, fósforo, hierro y calcio, así como en vitaminas C, B2, B6 y niacina. Su abundante fibra también le da un efecto saciante importante.

Una cesta de rábanos blancos Freepik

Además, sus elementos azufrados son los responsables de su ligero sabor picante agradables al paladar y que también favorecen la secreción biliar, ayudando en el proceso digestivo así como a la depuración del organismo. Resulta indicado para ayudar a combatir problemas hepáticos y nefrológicos. Eso sí, las personas con problemas de hipotiroidismo deben abstenerse de consumirlo.

La familia de los rábanos es amplia, con muchas variedades. Entre las más consumidas se puede reconocer el rábano chino, japonés o daikon, de aspecto cilíndrico y alargado, que presenta un color blanco, muy aromático con un sabor suave terrrosos y un pelín picante; el rábano negro o de invierno, de aspecto cilíndrico y redondeado, de color de piel oscuro, casi negro y la pulpa d de color blanco, y el rábano y el rabanito:, el más tipico y habitual de forma esférica, ovalada o cilíndrica, con un piel que vsa del balco al morado pasando por el rojo y el rosa. Su carne es blanca y su piel puede ser de color rojo, rosado, morado o blanco.

En la cocina

Por regla general el rábano se consume en fresco, en ensaladas, bocadillos y como aperitivo, pero admite cualquier preparación culinaria, se puede asar, saltear, rehogar cocer, encurtir… Aquí presentamos tres posibilidades que no dejarán indiferente a nadie.

Rábano negro Freepik

Sopa fría de rabanitos

Ingredientes

  • 18 rabanitos
  • 250 ml de nata
  • 200 ml de leche
  • Sal
  • Perejil

Elaboración

Limpiar con agua los rabanitos tras cortar los tallos y las raíces y secarlos bien. Pelar y cortarlos en dados pequeños, aunque se puede reservar algunos para decorar la presentación y darle un toque crujiente a la sopa. En un cazo poner 200 ml de nata y caletarlo hasta llevarla a ebullición. Añadir los rabanitos picados, sazonar, incorporar los 200 ml deleche y dejar cocer un cuarto de hora a fuego suave. Pasado este tiempo pasarlo por la batidora y si se quier hace más suave y fino también por un chino. Una vez con el punto que se desee, meter en el frigorífico media hora. Mientras se enfría, cortar los rabanitos reservado en rodajas y batir la nata hasta que quede semimontada. Decorar con esto el recipiente y con un poco de hojas de perejil enteras o picadas

Salpicón de gambas con maíz, aguacate y rabanitos

Ingredientes

  • 150 gr de gambas cocidas
  • Un aguacate
  • Un bote pequeño de maíz pequeño
  • 4 rabanitos
  • Un pepino
  • Rúcula
  • Eneldo
  • Cilantro
  • Zumo de lima
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal
  • Pimienta blanca

Elaboración

Limpiar, lavar, secar y cortar en rodajas los rabanitos. También el pepino. El aguacate se deshuesa y se vacía con cuidado para sacarlo entero para poder cortarlo en láminas. En un bol echar las gambas cocidas y peladas, el aguacate, los rabanitos , el pepino y el maíz. Añadir la rúcula, el cilantro y el eneldo. Aliñar con el zumo de lima, el aceite de oliva, la sal y la pimienta. Mezclar bien. Servir en copas y decorar con rodajas de lima.

Un manojo de rabanitos listo para utilizar en una receta. FReepik

Rábanos asados con romero

Ingredientes.

  • 300 g de rábanos
  • 2 dientes de ajo
  • 2 ramas de romero fresco
  • Un limón
  • 50 ml de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen
  • Pimienta negra molida
  • Sal.

Elaboración.

Precalentar el horno a 200º C mientras se limpian de raíces y hojas. Cortarlos en mitades o cuartos según el tamaño que se busque. Se colocan en una fuente y se alñade un chorro de aceite, ralladura de limón y el vino. Añadir el romero, que también puede ser seco, los ajos sin pelar y salpimentar. Se mete en el horno durante 25-30 minutos. Amitad de horneado conviene remover y dar la vuelta a los rábanos. Si hace falta, añadir un poco más de vino. Sacar cuando llegue al punto que más apetezca.