Muchas veces, cuando se viaja a otras ciudades, a otros países, uno de los atractivos es conocer su gastronomía más tradicional, lo que comen los lugareños. No se trata de ir a los restaurantes más estilosos con chefs de fama, sino de buscar aquellos cuyo menú ofrezca platos de diario. En este aspecto hay mucho que disfrutar.

Pero por regla general nos solemos olvidar de un aspecto de la cocina popular que también ofrece grandes satisfacciones y descubrimiento espectaculares, los bocadillos.

Para facilitar la búsqueda a los viajeros, la guía de viajes y gastronomía TasteAtlas ha publicado una lista con los que, a su juicio, son los 50 mejores bocadillos del mundo. Entre ellos se han incluido tres recetas muy populares, a la par que tradicionales, de bares y tascas españoles. Lo bueno es que no remiten a uno especial de un local concreto. Son bocadillos con recetas que, salvo por algún ingrediente muy concreto que lo diferencie, se pueden pedir en casi cualquier local del país.

Aunque en muchas ocasione el beicon suele ser acompañante, cuando se le da el protagonismo no defrauda. Freepik

Así, en el puesto 46 entra el bocadillo de beicon. Sencillo donde los haya, lo que lo puede diferenciar de un local a otro es el acompañamiento que lo complete. Hecho sobre un pan de barra, con el beicon bien frito para que quede crujiente, y acompañado con cebolla frita, una rodaja de tomate fresco, pimientos verdes fritos o rojos asados, una loncha de queso (cualquiera de ellos al gusto del consumidor o según la receta especial del chef). La puntuación que se le da en la clasificación es de 4,1 sobre 5.

De fama madrileña, no es extraño encontrarlo en otras ciudades con variantes en su aliño. Frepik

Con la misma puntuación, aunque en el puesto 43, se encuentra el bocadillo de calamares. Pocos son los que no caen rendidos ante esta delicia, que aunque se la considera típica de Madrid, se puede encontrar en casi cualquier ciudad. Tan sencilla con abrir una barra de pan por la mitad, aunque el pan cristal es una buena opción, e introducir una buena cantidad de calamares enharinados y fritos. Una vez más, en el acompañamiento está la diferencia entre recetas: mayonesa, alioli, una salsa algo picante, un sencillo chorrito de aceite o unas gotas de limón suele ser suficiente para disfrutar al máximo.

El bocadillo de jamón es un clásico de cualquier local que nadie rechaza. Freepik

El tercer bocadillo español es un clásico entre los clásicos, se disfruta en los bares y se almuerza en los colegios o en las excursiones al campo. En el puesto 18, y con una puntuación de 4,3, aparece el bocadillo de jamón. Sencillo y básico, unas lonchas o unas lajas de jamón serrano o de ibérico entre pan y pan. A partir de aquí, todo es bien, aunque cuanto más sencillo el complemento, mejor. Frotar la miga del pan con un diente de ajo y un tomate maduro para añadirle un hilo de aceite de oliva es lo más habitual, pero loncha de queso, o una rodaja de tomate, o unos pimientos rojos asados también son bien recibidos

¿Y el número uno de la lista?

El sándwich de butifarra es un opción la comida callejera de Perú a base de jamón adobado cocido y salsa criolla. Chasqui

En todo ránking hay un cabeza de lista, y en este caso es uno peruano de nombre catalán: el sándwich de butifarra. Aunque el nombre ha perdurado, no así el ingrediente principal de este sabroso bocadillo. Servido en panecillo redondos de tipo francés, los ingredientes básicos son jamón cocido adobado al estilo peruano (ajos, pimienta, achiote, comino, orégano y manteca) y la salsa criolla a base de cebolla. Al parecer, la receta original incluía rábanos, lechuga y chiles, pero con el paso del tiempo cada cual lo ha ido adaptando al gusto de cada local.