Cuando una persona menor de edad vive en una casa en la que hay malos tratos, ese tipo de violencia le golpea tan fuerte que su niñez se acaba, “al perder la confianza en el mundo y en su propia infancia”, tal y como han manifestado expertas en violencias machistas, como Montse Plaza, cuando han venido a dar una charla a la capital alavesa dentro de jornadas organizadas por el Ayuntamiento. Para evaluar de qué manera afectaba esta lacra a su desarrollo, el Departamento de Políticas Sociales hace un año, en diciembre, decidió poner en marcha un servicio innovador de intervención familiar para la valoración del impacto en niños, niñas y adolescentes que conviven o han convivido en contextos de violencia de género, y vistos los “buenos resultados” de la experiencia piloto de Laztandu, que es como así se llama, la Junta de Gobierno Local decidió aprobar el pasado 28 de noviembre la prórroga de la gestión de este servicio a Agintzari, la cooperativa de iniciativa social que se encargará de desarrollar este programa.
De este modo, seguirán abordándose con más garantías de éxito las tareas de acompañamiento y el apoyo que necesitan estos menores que conviven o lo han hecho ante estas situaciones.
Cómo afecta
El concejal responsable, Lucho Royero, explica que “cuando iniciamos este servicio hace un año, teníamos muy claro que el objetivo era saber cómo afecta en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes el hecho de convivir con la violencia de género dentro de sus propias familias. Y, a partir de ahí, poder emprender las acciones más adecuadas para ayudarles”.
Laztandu implica tanto a la población menor y a sus padres y madres, como a los servicios sociales municipales.
En primera instancia está dirigido a niños, niñas y adolescentes de entre 3 y los 18 años en los que se hayan detectado dificultades sociales, personales o de otro tipo que puedan estar vinculadas al hecho de convivir en contextos de violencia de género, tanto presentes como pasadas, y que pueden estar condicionando o afectando su desarrollo.
De forma paralela, se realiza un trabajo de exploración, orientación e intervención con sus madres y padres.
Necesidad de visibilizar
La idea surgió del análisis y reflexión llevada a cabo por el Departamento de Políticas Sociales sobre el proceso de acompañamiento para víctimas de violencia machista que se lleva a cabo desde sus distintos servicios. Ahí se constató la necesidad de visibilizar a los y las hijos e hijas que conviven o han convivido en situaciones de violencia de género. También se valoró necesario conocer cómo están ejerciendo la parentalidad/marentalidad las figuras de referencia adulta con el fin de poder mejorar sus competencias.
Así, transcurrido un año desde que se puso en marcha Laztandu y dado el grado de satisfacción en relación a sus fines, ahora el Consistorio ha optado por prorrogar este programa de intervención familiar. Lo hará, de momento, por un año más y por un importe que se ha presupuestado en 127.854 euros.