El juez propone que un jurado popular juzgue el crimen de la sala Mitika
El magistrado de instrucción considera que existen "indicios sólidos" de que el portero de la discoteca pudo haber cometido un delito de homicidio o asesinato.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria-Gasteiz ha planteado que un tribunal con jurado se encargue de juzgar al portero de la discoteca Mitika de Vitoria-Gasteiz, en cuya entrada murió un joven el pasado 23 de febrero, al considerar que existen "indicios sólidos" de que pudo haber cometido un delito de homicidio o asesinato.
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La Policía vasca detuvo a uno de los porteros, que ingresó en prisión provisional tras declarar ante el juez. En el auto judicial de ingreso en prisión este detallaba que a la vista del vídeo sobre estos hechos "se advierte con claridad" que el portero propina "a traición y de forma sorpresiva" a la víctima un golpe en la cara con "una fuerza de tal magnitud" que hace que el fallecido impacte contra la cristalera "rebotando contra el suelo hacia adelante como si se tratara de un cuerpo inerte".
Ahora, a través de un auto del 30 de septiembre que puede ser recurrido, el juez instructor establece que dada la existencia de tales indicios, "tiene que ser el tribunal del jurado el que, tras la practica de la prueba, dicte la sentencia definitiva de este proceso, entendiendo que la decisión de privar al jurado del conocimiento de la causa sería una decisión prematura y contraria a derecho".
El juez también señala que "existen indicios que evidencian la intencionalidad del investigado, al menos, por dolo eventual"
A través de esta resolución el juez también señala que "existen indicios que evidencian la intencionalidad del investigado, al menos, por dolo eventual".
En este sentido, precisa que el investigado, al que la acusación considera responsable del golpe que pudo acabar con la vida de la víctima, es "de complexión muy fuerte -aproximadamente 145 kilogramos y aspecto musculado-, y un deportista dedicado a competiciones de levantamiento de peso".
El auto recoge que el propio investigado "reconoce que batió el récord de España en levantamiento de cilindro de 165 kilogramos de peso". A su vez, añade que de profesión es "portero de discoteca, con conocimientos en medios de defensa y ataque, así como de primeros auxilios".
El auto indica que esta persona "era conocedora, en el momento de los hechos, de que un golpe propinado con su mano (con el puño cerrado o abierto) en la cara de una persona de complexión media podría, con probabilidad rayana en la certeza, causar un resultado incompatible con la vida de la víctima, tal y como sucedió".
"El ánimo homicida del investigado se desprende de circunstancias como que se valió de su complexión y condición física extraordinaria, sabedor de que un golpe suyo podría ser mortal"
"NOQUEÓ A LA VÍCTIMA"
No obstante, añade el auto, "pese a ese conocimiento, el investigado aceptó ese resultado y actuó propinando un fuerte y violento golpe que noqueó directamente a la víctima, cayendo esta bocabajo o de lado contra el suelo, sin capacidad de poner las manos debido a que, probablemente, había perdido la consciencia antes de impactar contra el suelo".
El juez instructor añade que "el ánimo homicida del investigado se desprende" de circunstancias como que "se valió de su complexión y condición física, la cual es de naturaleza extraordinaria, muy por encima del hombre medio, caracterizada por la capacidad de aplicar una gran fuerza bruta, siendo sabedor de que un golpe suyo podría ser mortal".
"Lejos de mostrarse compungido, arrepentido o sorprendido por el resultado de su actuación huyó hacia el interior del local rápidamente, dejando morir al agredido"
En este punto, indica que "no puede obviarse que un golpe del investigado puede ser equivalente o, incluso, más gravoso que un golpe con un arma u objeto contundente propinado por una persona de fuerza media". Por otra parte, manifiesta que la "zona de ataque" fue la cabeza de la víctima, que "constituye una de las partes más sensibles y necesarias para la vida del cuerpo humano".
"NO SOCORRIÓ A LA VÍCTIMA"
También constata que tras lo ocurrido, el investigado "lejos de mostrarse compungido, arrepentido o sorprendido por el resultado de su actuación, no acudió rápidamente a socorrer a la víctima o, al menos, interesarse por su estado, sino que huyó hacia el interior del local rápidamente, dejando morir al agredido, hasta que un compañero de trabajo, requerido por la Ertzaintza, le dijo que saliera".
Por otra parte, indica que el informe final de autopsia "es claro", al constatar que "se trata de una muerte violenta" y que "la etiología médico-legal de la muerte es homicida".
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