El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha considerado que no es aceptable la crítica del líder de Vox, Santiago Abascal, a la posición de la jerarquía eclesiástica católica en materia migratoria y ha avisado de que esa formación "pagaría caro" en las elecciones "un ataque frontal injusto" a la Iglesia.

En una entrevista en un medio digital este mes, Abascal se refirió al rechazo de la Iglesia al acuerdo en Jumilla (Murcia) para impedir celebraciones islámicas en espacios deportivos y criticó el "silencio" de parte de la jerarquía eclesiástica frente a muchas políticas del Gobierno socialista, ante lo cual dijo que no sabe si se debe a los ingresos públicos que recibe o si tiene que ver con los casos de pederastia que tienen a la Iglesia "absolutamente amordazada".

El ataque a la Iglesia es injustificado y cuando se le ha respondido dentro de la Iglesia que la homofobia es también incompatible con el Evangelio (...) no ha dado la cara nadie

Para el obispo de Vitoria, al "primero" que habrá "apenado" ese posicionamiento es al propio Abascal porque en Vox "no están dispuestos a perder ni un voto de un solo católico", según ha indicado en una entrevista en Radio Euskadi.

"La primera metedura de pata es de Vox porque un ataque frontal, injusto, a la Iglesia lo pagaría caro en las elecciones y no le conviene", ha añadido.

Según ha insistido, "el ataque a la Iglesia es injustificado y cuando se le ha respondido dentro de la Iglesia que la homofobia es también incompatible con el Evangelio (...) no ha dado la cara nadie".

Elizalde se ha mostrado partidario de una migración "regularizada, no un asalto, porque no se les puede garantizar una integración verdadera" y ha defendido que los migrantes, "una vez están en nuestra tierra, tienen todos los derechos".

A su juicio, "es una bendición que nuestros migrantes estén aquí. Otra cosa -ha puntualizado- es que haya que hacerlo de una forma más ordenada".

El obispo de Vitoria, que ha abogado por combatir también desde dentro de la Iglesia el actual "hilo transversal antimigratorio" que existe, ha cuestionado el centro de acogida a refugiados proyectado en el barrio de Arana en Vitoria y ha apostado por centros más pequeños para la integración de los migrantes.