La Virgen Blanca ha tenido este jueves a mediodía, momento en el que Celedón Txiki y Edurne han descendido del cielo, a unos invitados muy especiales entre los miles de asistentes congregados en la plaza. 

Una veintena de solicitantes de asilo que se encuentran bajo el paraguas de Cruz Roja en Álava han asistido al plato fuerte de la jornada dedicada a los txikis en el marco de una actividad promovida por la organización humanitaria para acercarles al euskera y la cultura vasca como herramienta de integración. 

Varios usuarios del programa de asilo y refugio de Cruz Roja en Álava, antes de la bajada de Celedón Txiki y Edurne.

Desde lugares diversos

Provienen de lugares tan diversos como el Sáhara Occidental, Mali, Venezuela, Senegal o Ucrania, aunque les unen las difíciles circunstancias que siempre acompañan a la necesidad de abandonar el hogar y el país de origen en busca de una vida normalizada y en paz.

La venezolana Fabiola Paz es una de ellas. Con algo más de un año de recorrido vital en la capital alavesa, estas son las segundas fiestas de La Blanca que puede disfrutar. “Me parecen maravillosas. En mi país tampoco hay muchas fiestas así y están fenomenal”, apuntaba esta joven, que alcanzará la mayoría de edad este año, en conversación con NOTICIAS DE ÁLAVA.

“Lo que más me gusta es el ambiente, la música, toda la gente que hay en la calle y cómo de acogedores son con nosotros”, enumeraba Paz, a la que le gusta “mucho” salir y que no pierde la ocasión de asistir a todo tipo de actos festivos.  

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En imágenes: Los txikis se adueñan de su día en las fiestas de La Blanca

La saharaui Salma Barcha, que suma un año y tres meses en Gasteiz, también ha presenciado el multitudinario –y caluroso– regreso de Celedón Txiki y Edurne. Son, también, las segundas fiestas de La Blanca para esta mujer, quien reconoce que el primer contacto con la fiesta le sorprendió “muchísimo, pero para bien”.

“Me gusta como bailan y todas las cosas y actividades que se hacen”, apuntaba Barcha, ayudada en la traducción por Hamza Daoudi, que reside en Gasteiz desde hace un año y ocho meses y, en su caso, es voluntario de Cruz Roja.

En un entorno lúdico

La labor de personas como Daoudi y su compañera Lierni Arcellares es fundamental para el buen funcionamiento de esta actividad. Acompañan al grupo en un entorno más lúdico al que están acostumbrados, pues habitualmente se encargan de labores más burocráticas –visitas al médico, traducciones...–, y pueden compartir el tiempo con ellos de forma distinta.

A día de hoy son más de 70 las personas que forman parte del programa de asilo y refugiados de Cruz Roja en Álava. “Disfrutan y nosotros también disfrutamos con ellos. Hay muchas cosas que les sorprenden porque todo es muy nuevo y diferente”, subrayaba en este punto Daoudi. 

La actividad promovida por Cruz Roja hace ahora un año busca acercar a las personas solicitantes de asilo el euskera y la cultura vasca

Fue hace alrededor de un año cuando la organización humanitaria decidió poner en marcha esta actividad cuyo “objetivo último es la integración”, según explicaba la técnica de Cruz Roja en Álava, Cecilia Pérez. “Si no tenemos espacios comunes con ellos, se van a integrar en un gueto”, apostillaba.

“En general, los usuarios se divierten y participan un montón de las fiestas. Y esto es también una puerta para que luego puedan conocer otras asociaciones en las que participar. Les damos a todos un programa de fiestas, que es la manera también de que sepan que pueden participar en un montón de actividades, que esto es para todo el mundo, porque ellos a veces sienten que no tienen derecho a participar”, abundaba la también técnica Sara Sarobe. 

Lierni Arcellares y Hamza Daoudi, voluntarios de la organización humanitaria, ayer en la Virgen Blanca.

También herri kirolak

Tras la bajada de Celedón Txiki y Edurne, el grupo ha disfrutado del torneo Virgen Blanca de herri kirolak celebrado en la Plaza de Los Fueros, donde se han dado cita varios aizkolaris noveles de la escuela Murgia y han conocido de primera mano tanto la tronza como la recogida de mazorcas y el levantamiento de piedras. Hoy harán lo propio con el Meneíto Veterano que organiza la cuadrilla Nekazariak. 

Antes de esta edición de La Blanca, las personas participantes han tomado parte en otras actividades y fechas tan significativas como la festividad de San Prudencio, visitar el museo de Bellas Artes o la casa de cultura Ignacio Aldecoa, el mercado de Abastos, la korrika...

Además, para conocer mejor todo lo relacionado con La Blanca tuvieron una presentación específica que incluyó la visualización de un video, la participación de una neska y un blusa que explicaron el origen y función de las cuadrillas o la actuación de un txistulari. 

En palabras de Arcellares, “este tipo de actividades tienen mucho más valor de lo que parece a primera vista, porque a la hora de que alguien nuevo se integre, el idioma es la primera barrera, pero la segunda es la cultura”.

“Muchas veces vemos cosas sin entenderlas y eso es un limitante muy grande. Que estas personas puedan venir con alguien de aquí que les explique qué están viendo es bastante importante”, reflexionaba.