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Tom LizarazuBulego

“Queremos que los próximos pasos de Bulego sean todavía más bonitos, pero para ello necesitamos parar”

Los Fueros estrena este lunes su cartel de conciertos festivos en La Blanca con Bulego

“Queremos que los próximos pasos de Bulego sean todavía más bonitos, pero para ello necesitamos parar”Andoni Beristain

Está Bulego en un momento dulce. Su agenda de conciertos no para, tampoco en la capital alavesa. Tras inaugurar el cartel musical de San Fermín y pasar hace unos días por citas como el Hatortxu Rock y el Jazzaldi donostiarra, Tom Lizarazuy los suyos son los encargados de ofrecer el primer concierto de La Blanca en la plaza de los Fueros.

Se han puesto fecha límite para detener un poco el ritmo y abrir un paréntesis en cuanto a conciertos. La fecha cada vez está más cerca. ¿Con ganas de acabar o empiezan a pensar que igual no tendrían que parar? 

–Algo intermedio. No tenemos ganas de parar. Nuestros conciertos requieren de mucha energía por nuestra parte y en los que estamos haciendo ahora, tan multitudinarios, la adrenalina sube hasta el tope. Están suponiendo, además, ver que lo que hemos hecho durante estos cinco años nos ha servido para evolucionar y situarnos en un momento muy bonito. El ir a Donosti, al Jazzaldi, y ver a toda la gente que se congregó y ver el perfil del público, tan diverso y heterogéneo, fue muy especial. Eso te lleva a decir: no queremos que esto pare nunca. Pero, por otra parte, somos conscientes de que estos cinco años han sido una vorágine de cosas que hemos vivido. Hemos estado haciendo giras, como ahora, por Euskal Herria pero también hemos hecho tour internacionales, hemos estado sacando discos, vídeos, un montón de temas... Queremos que los próximos pasos de Bulego sean todavía más bonitos, pero para ello necesitamos parar, distanciarnos de los conciertos y salir un poco de donde estamos ahora. Necesitamos asimilar lo que ha pasado y, sobre todo, dedicarle tiempo de calidad a la creación. Aunque parezca contradictorio, la creación necesita un poco de aburrimiento. Necesitamos vivir, tener experiencias y la mente alejada de actuaciones, grabaciones y demás. Esta está siendo una gira para disfrutar porque es un premio a estos cinco años, pero, a su vez, somos conscientes de que el parón que vamos a hacer es algo necesario. Si queremos seguir creciendo, lo tenemos que hacer. 

Un día en el Hatortxu, otro día en el Jazzaldi, luego van a inaugurar las fiestas de La Blanca... ¿Al músico le da igual el contexto o le influye? 

–Es muy especial el ver que nuestro proyecto puede funcionar en distintos ambientes, ámbitos, recintos y ciudades. Es una gran satisfacción el darte cuenta de que podemos funcionar en un Hatortxu, que es un festival de perfil más reivindicativo, y también en un Jazzaldi. Es un reflejo de la época que estamos viviendo en Euskal Herria. Es un momento en el que cada vez hay menos prejuicios con respecto a cualquier tipo de música. Hace años, el pop era muy criticado y castigado. Hoy estamos perdiendo prejuicios y eso nos abre puertas tanto como músicos como en nuestro papel de público. La diversidad es riqueza y en Euskal Herria estamos viviendo una época en la que hay proyectos musicales muy diversos. Además, el público está sabiendo asimilar muy bien eso y está disfrutando un montón de esa diversidad. Nuestro proyecto, por suerte, está vibrando y conectando con distintos públicos y está llegando a diferentes sectores de la sociedad.

El secreto

Parece que a Bulego ahora le sale absolutamente todo bien. ¿Dónde está el secreto? 

–El secreto está en que no todo está bien (risas). Nosotros también tenemos nuestras cosas. Nuestra identidad se forjó en los inicios, en los primeros pasos que dimos, cuando teníamos un disco grabado, habíamos dado un concierto con una sola canción publicada y a las dos semanas vino la pandemia. Teníamos muchos planes y, de repente, todo eso se paró. Fue un bajón potente al principio, pero le dimos la vuelta y ahí es donde se forjó nuestra identidad, que es seguir adelante, pase lo que pase. Tomamos una actitud positiva frente a todo lo que pueda pasar. Hay que saber jugar con las cartas que te vienen. Ahora estamos disfrutando mucho. Somos unos privilegiados y somos muy, muy, muy conscientes de lo que es estar estrenando sanfermines, La Blanca, tocar en el Jazzaldi... Esto es una pasada, algo que siempre habíamos soñado y que está sucediendo. Es cuestión de seguir adelante, de seguir luchando y de saber que esto es una carrera de fondo. No queremos que en un esprint nos quememos y el proyecto empiece a flojear

Bulego

Lejos de casa les queda actuar en Londres pero han estado ya, por ejemplo, en Estados Unidos. ¿Qué publico se encuentran, cómo es ese salto internacional? 

–Es muy bonito. Una de las grandes lecciones que nos está dando Bulego durante estos años está siendo en las giras internacionales. Aquí siempre hemos tenido esa inseguridad de decir: si cantas en euskera, te quedas aquí, en Euskal Herria. La música es un lenguaje que no entiende de idiomas y que puedes conectar con tu música con un montón de gente, aunque no se entiendan todas las letras. Yo soy un fan acérrimo de Stromae, por ejemplo, y no entiendo nada de francés (risas). Bulego nos está enseñando eso, que el euskera nos está abriendo un montón de puertas. Cuando salimos y vamos a Estados Unidos, vemos que somos un grupo que tiene un factor diferenciador. El euskera nos está abriendo puertas a nivel internacional y está siendo bonito. 

Momento de parar

En 2026, cuando los conciertos paren, ¿aprovechará para ir a alguna actuación solo como espectador o no quiere saber nada de la música durante ese tiempo? 

–(Risas) ¡Es que estoy deseando ser espectador! Es una de las cosas que más echo de menos. El tener giras con tantas fechas y una agenda en la que siempre hay una grabación, un acto relacionado...

... atender a periodistas pesados... 

–(Risas) Son cosas que disfrutamos un montón, pero que es verdad que nos quitan tiempo de hacer algo que nos gusta mucho que es ir a ver conciertos. 2026 va a ser un año para poder disfrutar en muchos sentidos, también en ese. A mí me encanta ir a ver a otros grupos, lo disfruto mucho y tengo que recuperar eso.

En Vitoria, después de la actuación, ¿habrá tiempo para disfrutar un poco de La Blanca? 

–La idea, si no se tuerce nada, es quedarnos también el día 5. Va a ser un día grande, sin duda. Además, ya sabes que yo a Gasteiz le tengo mucho cariño porque estuve allí trabajando unos cuantos años. Tengo amigos a los que, por cosas de la vida, no veo tanto como quisiera y me gustaría aprovechar para estar con ellos después del concierto.