Son cada vez más los estudiantes que, a expensas de lo que el futuro les deparará y analizando la inserción laboral directa, se decantan por cursar un grado de Formación Profesional en la extensa y nutrida red que tiene diseñada Álava. “La sensación es que hay un mayor interés. De hecho, en los grados básicos y medios, el nivel de inscripciones es altísimo. Normalmente, se nos llenan todos los grupos, incluso hay gente que en ocasiones se queda fuera”, asegura a este diario el director de FP de Egibide, Diego Abellán.
Un creciente interés que, según expone Abellán, viene alimentado por dos factores. Primero, por la actual demanda empresarial. “Las empresas necesitan estos perfiles. Necesitan técnicos de FP para cubrir sus puestos de trabajo”, comparte el responsable educativo. Segundo, porque “el propio prestigio de estos estudios está subiendo”.
En este sentido, subraya que a nivel social, la Formación Profesional “se está valorando como un itinerario muy positivo y muy valioso para mucha gente que quizás antes ni se lo planteaba”.
Un planteamiento que, aunque de forma más paulatina, también se está extendiendo entre las familias alavesas. En estos meses en los que el equipo orientador se mueve para llevar la oferta educativa a los centros educativos, Abellán asegura que también sucede a la inversa. “Notamos que desde los propios colegios se muestran con interés y con ganas”, sostiene.
"Hace cuarenta años todos queríamos ir a la universidad"
Para Javier Otxoa de Alaiza, director de Mendizabala y presidente de Ikaslan Araba, la red de centros públicos de FP, el cambio de percepción social hacia la FP desde hace más de dos décadas. “Es cierto que hace cuarenta años todos queríamos ir a la universidad. Y es que después de tantos años de dictadura, todas las familias impulsaban a sus hijos a tener estudios universitarios. Pero, desde hace veinte años se está viendo que la sociedad requiere este tipo de técnicos y técnicas. Y cada vez más”, apunta Otxoa de Alaiza.
Un campo de estudio que, según apunta, permite un mayor “nivel resolutivo de problemas del día a día de una forma más efectiva, más práctica”. “Somos más de ver las tripas de las cosas. Si una empresa necesita un técnico de montaje, lo va a buscar en la Formación Profesional”, expone el representante alavés.
Vocacional
Como en todas partes, el perfil del alumnado que llega a estas aulas, es diverso. Aún y todo, Otxoa de Alaiza despeja dudas. “Son estudios muy vocacionales, el que viene a hacer esto es porque realmente le gusta y le engancha”.
Lo que está claro que hay titulaciones que llegan para quedarse. En el caso de Egibide, el curso de especialización en Ciberseguridad mantiene su tirón. De hecho, Abellán apunta que existe una larga lista de espera para entrar en él. “El sector tecnológico e informático dos ámbitos profesionales que cuenta con una alta demanda”, apostilla.
Mismo parecer se da también en los doce centros integrados de la red Ikaslan. Si bien, el presidente pone el foco en puestos vinculados a la fabricación mecánica; como soldadores, torneros o fresadores, entre otros. “Álava siempre ha sido un territorio industrial y, en Vitoria, hay muchas empresas que se dedican a hacer piezas para cualquier cadena de montaje, cada vez más automatizadas”, expone Otxoa de Alaiza.
Retos a futuro
En tiempos en los que la irrupción de la IA ha revolucionado diferentes áreas y mercados de trabajo, entre ellas la robótica y la seguridad, el director de Mendizabala apuesta por “seguir avanzando” al son de la sociedad. “Nos tenemos que ir adaptando a toda esta nueva forma de ver el mundo, a los cambios que traerán nuevos trabajos”.
En este sentido, menciona la aparición de profesiones hasta ahora impensables. “Las cosas cambian muy rápido. Los técnicos que nos va a requerir el mercado laboral van a ser diferentes a los de ahora”, comparte.
Por ello, insiste en que las jóvenes generaciones que se adentrarán a partir de ahora en la FP “tendrán que estar formándose toda su vida”.