Una media de once mujeres reciben al año el diagnóstico de cáncer de cuello de útero en el territorio alavés, hasta 90 mujeres en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca. Según los datos facilitados por el departamento de Salud del Gobierno Vasco a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, concretamente, al año se detectan en Euskadi 90 casos, 11 en Araba, 47 en Bizkaia y 32 en Gipuzkoa. Esta semana se ha celebrado la semana europea de Prevención de Cáncer de Cuello Uterino. 

El 80% de las personas sexualmente activas se infecta por algún tipo de este virus a lo largo de su vida

Cáncer

Según define el Instituto Nacional del Cáncer, el cáncer de cuello uterino es el cáncer que se origina en las células del cuello del útero. También se conoce como cáncer de cérvix o cáncer cervicouterino. Se forma, por lo general, de manera lenta a lo largo del tiempo. Antes de que este cáncer se forme, las células del cuello del útero sufren ciertos cambios conocidos como displasia y se convierten en células anormales en el tejido del cuello uterino. Con el tiempo, si las células anormales no se destruyen o se extraen, es posible que se vuelvan cancerosas, se multipliquen y se diseminen a partes más profundas del cuello uterino y a las áreas que lo rodean. Cabe destacar que la infección prolongada por el virus del papiloma humano (VPH) causa casi todos los cánceres de cuello uterino. Obtenga información sobre el VPH y otros factores de riesgo del cáncer de cuello uterino y sobre cómo reducir el riesgo.

Detección

Cabe destacar que Osakidetza tiene un programa de detección precoz de cáncer de cérvix. El objetivo de este programa es detectar de forma precoz lesiones premalignas y el cáncer de cuello de útero o cérvix en sus fases iniciales. Este tipo de programas ha demostrado claramente su eficacia, puesto que su aplicación de forma adecuada y sistemática en determinados países ha conseguido reducir en un 70-80% la incidencia y mortalidad por este cáncer. “Osakidetza ofrece la posibilidad de realizarse una sencilla prueba con la que se puede detectar lesiones precancerosas o la infección precursora de esas lesiones, antes de que se desarrolle el cáncer. Según el resultado obtenido, se valora el riesgo existente y se ofrece una recomendación personalizada. Participar es una buena manera de prevenir y cuidarte”, explican. 

La causa principal del cáncer de cuello de útero es la infección prolongada en el tiempo de Virus del Papiloma Humano (VPH)

La prueba de cribado o detección precoz consiste en tomar y analizar una muestra de las células que recubren el cuello del útero. La recogida generalmente es realizada por la matrona y se suele tolerar sin dificultad. Con la ayuda de un espéculo (dispositivo que se introduce en la vagina) se observa el cuello uterino y se recoge la muestra. Es un procedimiento sencillo y normalmente indoloro que no precisa ningún tipo de preparación. El análisis realizado y la periodicidad variará en función del grupo de edad: entre 25-34 años, se estudiarán las células del cérvix mediante un microscopio (citología cérvico-vaginal). En resultado de muy bajo riesgo, repetir cada 3 años y entre 35-65 años, se realizará la prueba de detección del virus del papiloma humano (VPH). En resultado de muy bajo riesgo, repetir cada 5 años. 

Causa

La causa principal del cáncer de cuello de útero es la infección prolongada en el tiempo de Virus del Papiloma Humano (VPH). Según el CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades), el VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial. El 80% de las personas sexualmente activas se infecta por algún tipo de este virus a lo largo de su vida. Actualmente no hay un tratamiento eficaz, aunque en la mayoría de los casos se cura espontáneamente. Este proceso curativo puede durar varios años, por lo que se trata de una situación transitoria que no supone riesgo. Lo habitual es que estas infecciones pasen desapercibidas, ya que no dan síntomas. En torno al 10-15% de los casos, cuando se mantiene durante años, puede producir cambios en las células del cuello uterino que derivan en el desarrollo de lesiones premalignas que con el tiempo pueden evolucionar a cáncer.