Un mural visibilizará la baja visión en Zabalgana. Y lo hará de la forma más inclusiva y accesible posible: con un proceso participativo tanto para las ideas de su diseño como para su pintado. Además, podrán ser partícipes todas las personas que sufren problemas de visión, gracias a sus texturas y paneles en tres dimensiones que también incluirán códigos QR para explicar su diseño y sus tres conceptos clave que aúna: reivindicación, colaboración y cuidado.
Así, la gente que no ve bien, sabrá de qué va, al poder tocar sus dibujos y sus formas.
La idea de este proyecto surgió de Itxaropena, la asociación que promueve la integración a nivel familiar, social, escolar y laboral de las personas con discapacidad visual grave. A ella se asocian los que tienen un 33% de discapacidad visual, que es el porcentaje mínimo, como los 200 socios que la integran, aunque, como destaca Pedro González de Viñaspre, miembro de su junta, sus puertas están abiertas a todas las personas que la sufran en este territorio. Y que no son pocas: 3.500.
“Hace unos meses se puso sobre la mesa que la asociación lleva doce años en Zabalgana y estamos en una fase de visibilizarla, de darle un impulso para la gente nos conozca y para que entremos en contacto también con la gente del barrio”
“Que nos conozcan”
“Hace unos meses se puso sobre la mesa que la asociación lleva doce años en Zabalgana y estamos en una fase de visibilizarla, de darle un impulso para la gente nos conozca y para que entremos en contacto también con la gente del barrio”, explica González de Viñaspre.
Así, bajo este objetivo, se empezó a hacer este proyecto, que ha contado con el Instituto Foral de Bienestar Social, La Caixa, Fundación Vital y Caja Laboral, como principales patrocinadores, aunque, como dicen, “su mano de obra ha estado en la calle”.
Lo coordina una de las expertas más cualificadas de la ciudad: Verónica Werckmeister, directora artística del Itinerario Muralístico de Vitoria-Gasteiz (IMVG), “porque tiene mucha experiencia en este terreno y en los procesos participativos”.
El lugar elegido para ello ha sido su sede de Itxaropena, en la plaza Labastida, que tenía una fachada gris, “con poca gracia y nos parecía que mucha gente del barrio pasaba por delante de ella, sin que se diera cuenta de que estamos allí. Sobre todo, en su esquina que limita con Portal de Zuazo, en la que los paseantes apenas reparan ella”.
Y eso que la fachada es enorme: “de 40 metros de largo. Además, esta plaza es un gran punto de encuentro del barrio, donde se juntan vecinos, terrazas, niños...”
Además, también querían “que el barrio se integrara en la elaboración de este proyecto”.
Implicación
Y lo consiguieron ya que en él se han implicado educadores de calle de Zabalgana, colaboradores del centro ocupacional de Asafes, voluntarios de Itxaropena, personas asociadas, vecinos, agrupaciones del barrio...
Prueba de ello es su diseño, que se creó colaborativamente tras unas seis reuniones. “Los conceptos más predominantes eran tres: reivindicación, por el trabajo que hace esta asociación por las personas con baja visión; el trabajo conjunto y colaboración para sacar adelante esta asociación; y el cuidado u acompañamiento tanto a usuarios directos como a la sociedad general”, precisa Werckmeister.
Así, se ha querido mostrar de forma alegórica y creativa la filosofía inclusiva. “Nos gustaba mucho la idea de romper los estereotipos, que uno tiene sobre la discapacidad visual”, agrega, por su parte, González de Viñaspre.
Imágenes
Estos conceptos se articulan en tres imágenes de manos: puño cerrado (como símbolo de reivindicación), dos manos chocando los cinco, a modo de colaboración, y otras que sujetan una regadera. Estas imágenes están dentro de unos grandes ojos para identificar que la asociación trabaja con personas con discapacidad visual. Y de la planta que se riega salen unas hojas que se despliegan por todo el mural, dentro de las cuales hay unas palabras que se eligieron: acompañar, ver o notar, en diferentes idiomas: castellano, euskera, gallego, catalán, chino, árabe...
Liberación
“Estas hojas, cuando pasan cerca de la puerta de la sede de la asociación, se transforman en pájaros que van volando, simbolizando esa liberación que se siente cuando nuestros derechos se respetan y se tienen en cuenta. Y como también queríamos que se pudiera tocar, teniendo en cuenta que la pared es difícil de pintar porque es corrugada, el tallo del que brotan las hojas tiene una textura que traspasa casi todo el mural, para que se pudiera interactuar con él”, detalla su coordinadora.
Aparte, se van a hacer unos paneles que reproducen el mural en 3D “para que se pueda tocar también y entender cómo es el mural. Otro panel va ir sobre las hojas y va a tener una palabra, pero en braille”.
Y toda la gente que ha querido coger la brocha y pintar, lo ha podido hacer desde hace dos o tres semanas bajo la dirección de Werckmeister. Ya está prácticamente terminado, puesto que ahora se están dando los últimos toques.... “Está al 99,5%”.
Segunda fase
Tras ello, llegará la segunda fase, que es la elaboración de los paneles en 3D y códigos QR, que se desarrollarán “en los próximos meses”, para que las personas con ceguera o baja visión puedan disfrutarlo, entenderlo e interpretarlo a través de ellos. “Nos parecía una idea muy innovadora y bonita, en el sentido de que participara todo el mundo y que las personas con discapacidad o sin ellas puedan participar de este mural”, matiza González de Viñaspre.