El acelerado deterioro de las viviendas de la calle Santo Domingo del Casco Viejo de Vitoria es acuciante.
Sin solución a la vista, según el Ayuntamiento, la situación se ha convertido en un callejón sin salida para los propietarios de los edificios dañados por problemas estructuras, en fachadas y tejados y el consiguiente riesgo de que las casas se caigan o haya que recurrir al derribo.
“La solución no es sencilla, por no decir imposible”, confirma el concejal de Modelo de Ciudad, Borja Rodríguez, a Elkarrekin.
Asegura el edil que se han intentado varias fórmulas: compra de las viviendas por parte del Ayuntamiento o de la sociedad Ensanche 21, permutas por otras casas...
Ninguna viable hasta la fecha.
Por eso, emplaza a abordar la problemática en el seno del Plan Especial de Rehabilitación Integral del Casco Viejo. (PERI).
Problemas estructurales
A día de hoy, la realidad es que seis de los 37 inmuebles de la calle Santo Domingo tienen problemas estructurales.
Dos de ellos están pendientes de obras, uno pendiente de proyecto, otro pendiente de información técnica y dos pendientes de depósito de fianza.
Dos dueños han solicitado al Ayuntamiento la declaración de ruina económica.
Declaración aún no concedida a falta de que presenten un informe técnico competente.
19 expedientes en 10 años
Pero la realidad también es que en los últimos diez años se han incoado 19 expedientes por problemas en edificios de Santo Domingo.
“La solución no es sencilla, por no decir imposible”
Si bien es cierto que 13 se han archivado (70%) porque las rehabilitaciones se han llevado a cabo, el 30% restante sigue en mal estado, a la espera de una complicada salida, reconoce el gabinete Etxebarria.
Grietas
Ante esta situación, Elkarrekin reclama una intervención urgente.
¿Vamos a esperar a que los inmuebles se caigan o haya que ordenar el derribo?
“Se están deteriorando los edificios a marchas forzadas”, reclama el edil Óscar Fernández, tras hacer público que se han detectado grietas en un nuevo inmueble este año, que se suma a la situación de peligro de los números 18, 38, 40 y 42.
El desalojo de 2017
Han pasado casi siete años desde el desalojo en 2017 de diez familias que vivían en los números 40 y 42 y la situación sigue igual: viviendas que necesitan ser rehabilitadas y familias que no tienen dinero para acometer las obras, al tiempo que se agrava el deterioro de las casas.
En su día se fijaba el coste del arreglo en 345.000 euros.
Dos de los inquilino han pedido ahora que el Ayuntamiento declare el estado de ruina económica. Han acudido en busca de ayuda a la Síndica y, hoy, al Ararteko.
El tiempo pasa y esta media docena de edificios sigue medio en ruina.
Caída o derribo
¿Vamos a esperar a que los inmuebles se caigan o a que se tenga que ordenar el derribo?, se pregunta el concejal de Elkarrekin.
“La solución es prácticamente imposible”, reitera el concejal de Modelo de Ciudad.
Borja Rodríguez recuerda, además, que los vecinos no pueden optar a las ayudas municipales a la rehabilitación de viviendas por falta de recursos económicos.
“Es la pesadilla que se muerde la cola”, señala Rodríguez.
Ayudas a la rehabilitación
En el fondo del problema está el hecho de que las familias con menos recursos económicos no pueden acceder a las ayudas a la rehabilitación puestas en marcha por el Ayuntamiento para el Casco Viejo.
Al tener que adelantar el dinero de las obras, se ven obligadas a endeudarse sin poder pagar las cuotas y altos tipos de interés de los créditos.
Todo ello, a pesar de que el gobierno municipal intermedia con varias entidades bancarias para intentar flexibilizar las condiciones de estas mensualidades.