Desde este lunes, se ha puesto fin a la tensión de mirar casi de forma compulsiva el reloj o a las pantallas informativas de la sociedad municipal de autobuses de Vitoria, Tuvisa, para saber cuánto tiempo faltaba para que viniera el siguiente bus.
Tras nueve días consecutivos de urbanos circulando en servicios mínimos, este primer día de la semana lo han vuelto a hacer con normalidad después de que el domingo por la noche la asamblea de trabajadores decidiera desconvocar la huelga que empezó a partir de las dos de la tarde del día 10, en pleno sábado de Carnaval, en defensa de unas mejores condiciones laborales "en general".
“Ha sido un alivio que se haya desconvocado la huelga. Me parece muy bien. Hacía falta porque los que vivimos a las afueras necesitamos el autobús"
“Ha sido un alivio que se haya desconvocado la huelga. Me parece muy bien. Hacía falta porque los que vivimos a las afueras necesitamos el autobús”, explicaba esta mañana Isidoro, residente en Zabalgana, desde una de las paradas de Tuvisa de Cadena y Eleta, frente a la Catedral nueva.
Para ir al centro
“Lo utilizo más que nada para bajar al centro. Hoy, por ejemplo, lo he hecho para ir al dentista”, especificaba este usuario que, pese a haber sufrido los perjuicios de estos paros totales, “no tenía muy claro lo que pedían los trabajadores, pero supongo que tendrían sus motivos”.
En cualquier caso, su día a día “se ha trastocado” cuando le ha coincidido que tenía que bajar al centro “a hacer alguna cosilla”.
Su alternativa para desplazarse ha sido el coche, “pero para aparcar, imposible y si tenías, suerte, lo dejabas en el parking, que es otro gasto”, ya que el urbano lo descartó debido a lo que tardaba en pasar, teniendo en cuenta que durante los últimos nueve días, solamente han circulado un 30% de los mismos, los de los servicios mínimos decretados por el Gobierno Vasco: “Si estás pillado de tiempo, olvídate”, resumía Isidoro.
El bus, "fundamental"
Las hermanas Jaia y Oumaima, tras enterarse la víspera de que ya no había huelga en los autobuses de Tuvisa, decidieron “probar suerte” este lunes “para ver si había buses y no tener que coger un taxi”, así que les parece “muy bien” que las frecuencias de los mismos hayan vuelto a su normalidad.
"Estos días me dijeron mis hermanas que las frecuencias eran de 50 minutos y aunque vinieran, igual lo hacían llenos, así que no me arriesgaba, la verdad"
“Como vivimos en Zabalgana, lo usamos bastante y como tengo un bebé de tres meses y no tenemos coche, es fundamental el autobús para ir al médico, para ir donde nuestra madre o para trabajar. Estos días me he estado apañado, con mi padre o mi tía, que me han estado llevando porque desde que han estado con las huelgas, no he estado esperando en ninguna parada porque me dijeron mis hermanas que las frecuencias eran de 50 minutos y aunque vinieran, igual lo hacían llenos, así que no me arriesgaba, la verdad”, concretaba Jaia, que al final decidió subirse al 10 porque también las llevaba donde querían.
El plan 'b' del taxi
Irantzu también ha respirado más tranquila al saber que se acaba la huelga en los autobuses de Vitoria.
“Para mí mucho mejor. La verdad es la semana anterior ha sido caótica. Suelo coger el 6, pero esta semana he ido en el 4 porque el 6 pasaba cada media hora o así. Vivo en la Avenida y lo necesito para ir a Mariturri, así que lo tengo que coger sí o sí. Iba en el 4 porque tenía la suerte de que pasaba a y media. Si no pasaba, podía coger justo un taxi, que paran justo enfrente, pero, claro, salía mucho más caro”.
En cuanto a las reivindicaciones de los trabajadores que motivaron esta huelga, que básicamente pedían más autobuses en la calle para ganar en salud y seguridad, así como mejorar su sistema de fichaje, aunque esta demanda para el comité finalmente “se cerró en falso”, Irantzu también “no sabía muy bien qué es lo que pedían. Se puede estar de acuerdo con ellas, pero lo malo es que se fastidia a los usuarios”.
