Varón de mediana edad que viaja en automóvil durante el día y cuyo vehículo se sale de la carretera debido al factor humano, ya sea por el uso del móvil, por otro tipo de distracción, por el cansancio o el consumo de alcohol u otras drogas. En el siniestro solo muere él.
Fue el perfil tipo del fallecido en accidente de tráfico durante este pasado verano en la CAV, un patrón que se mantuvo “prácticamente idéntico” respecto al de los anteriores ejercicios según el diagnóstico hecho público ayer por el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN).
Con los datos del último estío y de los anteriores en la mano, la entidad cree que aún no se ha roto la tendencia decreciente de siniestralidad mortal que viene experimentándose en los años recientes en el territorio, pese a registrarse incrementos puntuales en diferentes etapas del año. Este verano, sin ir más lejos, en Gipuzkoa, donde hubo diez fallecimientos por los seis del ejercicio anterior. En Álava, la cifra volvió a quedarse en un fallecido entre julio y septiembre, al igual que en 2022.
Con todo, el RACVN alertó sobre la posibilidad de que esa línea descendente que viene dibujándose de forma estructural pueda llegar a invertirse en los próximos años. Y que, además, tenga como protagonistas a los colectivos más vulnerables en el ámbito del tráfico, como es el caso de los peatones, los ciclistas y los motoristas y, también, a los entornos urbanos. En periodos de tiempo más amplios, sin embargo, sí se constata que el número de siniestros mortales tiende a caer de forma progresiva pese a que cada vez se realizan más desplazamientos. Este verano, de hecho, ha habido cifras históricas de movimientos en carretera tanto en el Estado como en la CAV y en las comunidades limítrofes. Como ya publicó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en los primeros días del pasado septiembre, las carreteras alavesas incluso llegaron a cerrar junio, julio y agosto de este 2023 sin lamentar ningún muerto en sus carreteras.
Según los registros de la dirección de Tráfico del Gobierno Vasco, 12 personas perdieron la vida en siniestros de tráfico registrados en la CAV entre los pasados julio, agosto y septiembre, en total tres menos que en 2022. Junto a los ya citados diez de Gipuzkoa y el fallecido de Álava –un joven de 32 años en Amurrio–, hubo uno más en Bizkaia, por los siete del mismo periodo de 2022. Además, otras cinco personas murieron en accidentes acaecidos en Navarra durante los tres meses de verano, por los nueve de 2022, según los datos del Gobierno foral.
En el conjunto del Estado, según la DGT, 336 personas fallecieron en siniestros de tráfico solo en áreas interurbanas, diez más que un año atrás. España acumula dos años con aumentos tras la tendencia anterior que llevó al país a alcanzar un récord de mínimos durante la pandemia, los 191 fallecidos del verano de 2021.
Cuatro de las cinco personas fallecidas en Navarra pertenecían a los citados colectivos vulnerables y, más en concreto, dos de ellas eran ciclistas. En Euskadi, una de cada seis personas fallecidas en las épocas estivales son motoristas.
El club automovilista, a la vista de esta última realidad, consideró necesario trabajar “de forma decidida” por garantizar la “coexistencia pacífica, ordenada y segura de las distintas formas de movilidad y solventar los distintos problemas de seguridad que existen e incluso otros nuevos que se crean en áreas urbanas”. No en vano, los datos globales ponen en evidencia “que los fallecidos en vías urbanas han sido determinantes” en la foto final tanto en Gipuzkoa como en el conjunto de la CAV. Cinco de los doce fallecidos este verano en Euskadi pertenecían de hecho a los colectivos vulnerables ya mencionados: dos eran peatones y tres, ciclistas.
Un año más, el RACVN quiso alertar también ayer sobre el “deficiente mantenimiento” tanto de las carreteras como de las señales de tráfico, no solo en carreteras, sino también en núcleos urbanos donde cada vez es más frecuente ver señales o semáforos tapados por vegetación o llenos de pintadas y pegatinas. “Pasan los meses y las pegatinas siguen tapando las señales, pierden el color pero no desaparecen y nadie las retira”, ejemplificó la entidad.